El mundo enfrenta una de las peores crisis sanitarias y económica de todos los tiempos. La primera ya se ha manifestado en todos los países del planeta, la segunda apenas empieza a mostrar su crudeza, dado que la mayoría de los gobiernos han asumido de forma provisional y a través de programas sociales y de ayuda financiera, el aporte de ingresos mínimos para la población de sus países, septiembre marcaría la diferencia dada la imposibilidad real de continuar estos programas en toda su magnitud.
República Dominicana no es diferentes a los demás países en cuanto a sufrir la calamidad en su Salud Publica y en su economía. América Latina es hoy el foco del mayor impacto del Covid-19. Nuestra nación, Dominicana, no esta preparada para sufrir en una mayor escala la brutalidad del virus, no tiene la estructura ni los recursos para sortear la dificultad, y desde ya esta haciendo aguas en su logística hospitalaria.
Se requieren políticas urgentes y nuevas y mayores acciones para evitar un colapso total. Es momento de unidad entre la clase gobernante y entre toda la ciudadanía, mas allá de los intereses particulares, el país, el pueblo. En materia económica la siguiente es la situación, con visos de agravamiento:
• Los flujos de remesas se podrían contraer entre un 20% y un 30% en 2020 y podrían pasar entre 4 y 8 años para que retomen el monto alcanzado en 2019. Una caída del 30% en las remesas generan una disminución en el PIB de un 2.3%, y equivalen a US$2,126 millones.
• El turismo es uno de los sectores más afectados y su recuperación depende de la apertura de las fronteras a nivel mundial. En 2020 se registraría una reducción de entre un 30% y un 40% en el número de llegadas de turistas. En un escenario en el que los ingresos por turismo disminuyeran un 30% en 2020, el PIB se reduciría 2,5% y eso representa unos 2,260 millones de dólares. Los efectos de la retracción del turismo se sentirán en particular a las micro y pequeñas empresas, cuyo peso en el sector de hoteles y restaurantes es enorme: el 99% de las empresas y el 77% del empleo (CEPAL, 2020).
• En cuanto a las exportaciones estimamos que se contraerían en un 13%%, una disminución del PIB del 1.6% y en valor monetario serían unos 1,470 millones de dólares.
• Finalmente la inversión extranjera directa estarían afectadas en un 20%, unos US$600 millones, y un impacto en el PIB de un 0.66%.
Sino nos unimos alrededor de propósitos comunes, las previsibles dificultades serán peores. Ojalá y que todos entiendan el mensaje y empujemos la carreta por la misma senda, ojalá!
Salvador Sánchez
Director