El 2 de marzo del 2020, el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, confirmó el primer caso de coronavirus en ese territorio, pero, en aquel momento, el gobernador entendía que no había razón para alarmarse. Tan solo un mes después, el 8 de abril, Nueva York era considerado el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, las funerarias superaban su capacidad y las autoridades se vieron obligadas a instalar unidades móviles con refrigeración para poder manejar los fallecimientos.
El 27 de abril, se anunció formalmente que más de un millón de hispanos se habían contagiado de covid en el Estado de Nueva York. Una proyección hecha entre mediados y finales de abril por médicos, enfermeras, oficiales electos y líderes políticos, basándose en la población dominicana en Nueva York y Estados Unidos, estableció que hasta ese momento la comunidad dominicana observaría unos 2,000 muertos por coronavirus. El cálculo extraoficial se hizo después de que las autoridades locales sumaran más de 3,000 en sus casas no incluidos en las estadísticas oficiales, como era el caso de los hogares de ancianos de los cinco distritos de la ciudad y suburbios fuera del área metropolitana que corresponden al Estado de Nueva York.
La comunidad dominicana representa un millón de los ocho millones de neoyorquinos. Si hay 10 mil muertos de 10 millones y los dominicanos son el 24 %, la comunidad dominicana podría haber perdido más de 2,000 personas. El ex cónsul dominicano Carlos Castillo informó que al menos 1,000 dominicanos figuraban en la lista de las víctimas mortales por el COVID-19 en esa ciudad.
Oficiales electos dominicanos han establecido desde el principio de la pandemia que la gobernación del estado de Nueva York no ha sido equitativa para con los grupos de minorías de la ciudad, incluyendo a los latinos. Ramon Tallaj, Juan Tapia y Rafael Lantigua consideraron que los sectores más empobrecidos de la ciudad fueron dejados a su merced, mientras otras áreas de la ciudad recibían asistencia médica y pruebas gratis inmediatamente después de que se reportó el inicio de la pandemia.
Esta situación ha provocado grandes cambios entre los miembros de la diáspora, en especial aquellos que han perdido seres queridos, que se encuentran en situación migratoria irregular o que son dueños de negocios en esta ciudad.