“No es cierto que el poder corrompa, es que hay políticos que corrompen al poder”. George Bernard Shaw
El 2020 año de pandemia el problema no sólo es la crisis sanitaria, sino que, aunado a ella, tenemos crisis económica y social que agravan la situación y oscurecen el panorama politización tiempos de difícil transparencia en los procesos electorales que se viene en México y el mundo. En consecuencia, opinar qué caminos futuros son los más viables y los más deseables para construir un sistema democrático requiere de una reflexión general amplia a la cual se sumen la mayor cantidad de actores.
En un sistema democrático la opinión pública, constituye la base de estar informada y preocupada por el operar de los representantes políticos.
La democracia debe protegernos de aquellos que ejercen el poder y se involucren en los problemas de salud pública, educación, ecología, la naturaleza, las cuestiones de religión, las manifestaciones del arte, las letras, el pensamiento, las finanzas, los negocios, las iniciativas ciudadanas, la ciencia, la tecnología, las migraciones, el mundo exterior etc., no es politizarlos, sino que es un deber de asumir estas demandas.
Politizar es dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos, etc., que corrientemente, no lo tienen. /Inculcar a alguien una formación o conciencia política.
La politización ha tenido efectos devastadores sobre las relaciones personales. En su tratado de la amistad, Cicerón apunta que la política es causa fundamental de la diferencia entre amigos. La politización se disuelve en politiquería.
Por lo que hoy en día, politizarse es zozobrar, debido a que varios políticos de nuestro tiempo, sin pudor alguno y pensando únicamente en su futuro político, aprovechan la contingencia sanitaria para buscar proyección, ganar simpatías y obtener beneficios personales y políticos.
Es decir, nos encontramos con que casi todos los problemas, anhelos y sueños de las personas y de la sociedad, son responsabilidad de la política hacerse cargo de los problemas de la sociedad, especialmente de los más necesitados y vulnerables, reclamen la importancia de la política, con responsabilidad, sentido ético y teniendo siempre presente que el fin no justifica los medios, si no que los medios justifican el fin.
Abundan los políticos, impulsados por esa mezquindad, le apuestan a la división entre ciudadanos. En el afán de llevar agua a su molino, estos individuos se esfuerzan por hacer realidad el adagio romano que dice: “divide y vencerás”.
Los propios actores dedicados a la política, con lo que reniegan de la razón de ser de esta imprescindible actividad de toda democracia y de paso provocan confusión en la ciudadanía, afectando la motivación de los potenciales votantes, quienes perciben una subvaloración de la política y del voto.
Politizarse sería adquirir poder, capacidad de decisión, de influencia, de hacernos tener en cuenta. La política hoy tiene como fin la divulgación y no el acaparamiento.
Por lo que los próximos procesos electorales ante la pandemia COVID debe ser amplia y tendiente a abrir los espacios de participación ser más incluyente, que generar alternativas que faciliten el ejercicio de los derechos de la ciudadanía desde todas las realidades que viven el país y el mundo en emergencia sanitaria, su influencia en los procesos electorales ya se ha puesto de manifiesto. Como es grande también la responsabilidad de los órganos encargados de la organización del proceso electivo, que debe velar por la salud y seguridad de todos los que en él participan, además de quienes asistirán a emitir su voto.
El protocolo presentado por la Organización de los Estados Americano (OEA) llega en un buen momento en los primeros días de noviembre, Estados Unidos elegirá al presidente que guiará sus destinos en los siguientes cuatro años. La contienda entre Joe Biden y Donald Trump ha puesto en el centro del debate la gestión del Covid-19, que ha cobrado la vida de 200 mil estadounidenses y es, además, el país que ocupa el primer lugar en el mundo en número de contagios, uno de ellos, el propio y actual presidente Trump.
Previsible la vacuna estará lista para los días de los comicios, no obstante, los tiempos exigen el compromiso de partidos y candidatos para garantizar las condiciones esenciales para que se cumpla con el derecho ciudadano y reforzar la democracia.
Por lo que el caso de México el día 6 de junio de 2021 serán convocadas a las urnas 95 millones de mexicanos, cinco millones más que en 2018.
Para ello se habilitarán como funcionarios de casilla a 1.5 millones de ciudadanos. En esos comicios se elegirán 21 mil cargos de elección popular, entre ellos 500 diputados federales, 15 gubernaturas, mil 63 diputados locales y mil 926 ayuntamientos en 30 de las 32 entidades del país. Es, sin duda, la elección más grande en la historia de México.
Como podemos ver el futuro de los procesos electorales está en manos de la sociedad y su participación ciudadana.
“La política mayor consiste en ser virtuoso”. Voltaire
Araceli Aguilar Salgado
Editorialista LND
Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México