Que pena y reprochable las acciones desafiantes por parte de ciudadanos rebeldes, violadores de nuestras leyes y protagonistas de actividades ilegales, que llegan a los extremos del enfrentamiento y agresión fisica contra los miembros policiales, conllevando a los miembros del orden a tener que repelerlas y aplicar técnicas policiales para poder garantizar el orden y el cumplimiento de nuestras leyes.
Al parecer las acciones que se vienen dando son apadrinadas por sectores de la sociedad con una concepción equivocada, creando una percepción de que los miembros de la Policía Nacional son enemigos del pueblo y transgresores de los derechos fundamentales, apostando con esto a la desestabilización del país.
La Constitución establece como fin primordial de la “Policía Nacional” el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de República Dominicana convivan en paz.
La tarea de los miembros policiales es la de proteger la vida, por eso ni se entienden ni se pueden aceptar los ataques a la integridad de los uniformados.
Las agresiones a la Fuerza Pública cada vez son más frecuentes.
Es inadmisible que ciudadanos que infligen la ley enfrenten a quiénes están dados hacerlas cumplir.Muchos de estos hechos que se han viralizado en las redes son judicializados como agresión por parte de los policías y daño en bien ajeno, cuando algunos constituyen un homicidio en grado de tentativa, por la clara intención de hacer daño y el uso de elementos que son idóneos para quitarle la vida a un miembro del orden.
Lo preocupante es que crecen los agravios a las autoridades. No se obedecen las normas pensando que no habrá sanciones, por eso son necesarias penas ejemplarizantes.
No se puede consentir que el derecho legítimo de un ciudadano, permita excesos contra la Policía. Las lesiones y atropellos a la Fuerza Pública no son una consecuencia menor de los reclamos de la ciudadanía.
Es grave que las autoridades del poder ejecutivo y judicial permitan conductas violentas hacia nuestra policia y que se generalice la desobediencia a las normas de convivencia.
Una sociedad tolerante con esos actos corre el riesgo de tocar las puertas de la anarquía.
Si la excusa es que miembros de los organismos de seguridad abusan del poder o tienen vínculos con la delincuencia, se debe denunciar cualquier irregularidad. No son aceptables los atentados contra la Policía, un Estado de derecho debe rodear a sus instituciones, mucho más a quienes ponen en riesgo sus vidas para la protección del ciudadano.
La Policía Nacional es es la única que tenemos… No seamos doble moral y queramos crucificarlos cuando nos toca tenerlos de frente haciéndonos hacer cumplir las leyes e idolatrarlos cuando les toca servirnos.
Lic. Joan Santana
Editorialista LND