Arturo Cardona Mattei
Tomás de Torquemada
Hijo de España, la misma España
Que desentrañó tierras de un Nuevo Mundo
Que trajo un credo enrevesado y profundo
Que trajo la cruz misteriosa del pagano iracundo
Que blandió la espada soberbia que era parte de su culto
Tomás de Torquemada
Inquisidor de diabólicos instrumentos injustos
La tortura para ti fue un placer cargado de abusos
En tu tribunal eclesiástico la herejía parió sus frutos
Sordo a la piedad en la hoguera tu ego recibía el tributo
Tomás de Torquemada
Tu corazón malvado se llenó de persecución al justo
El que contigo no comulgaba por quema pagaba su insulto
Mente de espíritu intolerable, fustigador cargado de vil coraje
Inquisidor, de tu Iglesia medallas y títulos tus hábitos llenaste
Tomás de Torquemada
Tu Iglesia los herejes al brazo seglar entregaba
Creyendo así que en sus acciones no pecaba
Pensando que en la hoguera pecado y maldad se arreglaban
Inquisidor de tu Iglesia, para ti la libertad era rosa marchitada
Tomás de Torquemada
Del Sanedrín judío aprendiste este trueque ilícito
A Jesús lo entregaron con escarnio y sin delito
Llevado al Gólgota para pagar su último sacrificio
Así Roma cubrió aquel infame, insolente y bárbaro juicio
Tomás de Torquemada
Monje de la Orden de los Dominicos
En tu mente solo fluía la idea del fanático castigo
Tu enemigo era el hombre que pensara distinto
Inquisidor de tu Iglesia, el Dios de los cielos no caminaba contigo
Tomás de Torquemada
La persecución de herejes fue tu ideal más solícito
Quemabas seres humanos sin horrorizarte ante Cristo
Tu vagabundear por la vida fue sangre, muerte y demencial delirio
Inquisidor de tu Iglesia, como Caín, tu nombre quedó proscrito
Tomás de Torquemada
Tu Iglesia se llenó de un espíritu maligno
Denuncias falsas quemaron a miles de seres vivos
Y en nombre de suprimir la herejía esclavizaste del mundo sus hijos
Hijos de la libertad que no comulgaban con tus odiosos ritos
Tomás de Torquemada
Tu nombre será borrado del Libro Divino
Tus pecados ardientes se acumularon hasta lo infinito
Tu mente tenebrosamente oscura produjo profundos gritos
Sofocaste ideales nuevos en nombre de una Iglesia que quemó su prestigio
Tomás de Torquemada
Tu brazo inquisidor cruzó mares cargado de desmañados mitos
Confesor de la reina Isabel la Católica
Gran artífice del Edicto de Granada
En las páginas de la historia están grabadas
Las huellas de tus manos al conjuro de tus maléficos artificios
Tomás de Torquemada
Destacado monje y erudito, ¿dónde se perdió tu pictórico instinto?
¿Cuántas monedas compraron tus buenos oficios?
Inquisidor de precaria moral sin el amor dictado por Cristo
Inquisidor de tu Iglesia, en fosa profunda dormirás por eternales siglos
Tomás de Torquemada
Llamado “el martillo de los herejes, la luz de España”
Tu nobleza quedó atrapada en lo profundo de tu corazón inicuo
A niños y niñas amarraste en tu blasfemo caminar en desatino
Ilustre inquisidor de reyes, en tus torturas Atahualpa fue al martirio
Tomás de Torquemada
Tú y tu Iglesia al final de los tiempos orbitarán en un frío vacío
Por los siglos de todos los siglos…¡jamás habrá un perdón justificativo!
Autor: Arturo Cardona Mattei
8 de Julio de 2011
Caguas, Puerto Rico