Arturo Cardona Mattei
Jesucristo
Nadie jamás será como tú
Ni Mahoma, ni Buda, ni Confucio
Ni los miles de dioses del hinduismo
Tú eres el único con ciudadanía celestial
Tú eres de las esferas de arriba
Los demás son mortales terrícolas
Amarrados a los mitos y fábulas inverosímiles
Son dioses que nada pueden, que nada crean
No hay salvación en ellos, tampoco esperanza
Son dioses muertos, sin aliento, sin compromiso
Tú, el único que intercede por la humanidad
Tú eres el fiel reflejo de tu Padre
El magnífico alfarero que te creó
Tú viniste al mundo para dar a conocer a tu Dios
Para dar a conocer su esperanzador Plan
En ti se encierran todas las promesas de Jehová
Tú, el que murió por toda la humanidad
El que resucitó con plena autoridad
Tú eres el que enseñó verdades inefables
El que dirigió a un pueblo de dura cerviz
Tus oraciones fueron siempre altamente escuchadas
Y tus ruegos fueron solicitudes gratas en el cielo
Tu dolor agónico puso el sello de un nuevo pacto
Tú eres el camino a seguir, la senda a ser pisada
Tus enseñanzas son antorchas al anochecer
En tus labios está el perfume de la verdad
Tú ya no mueres, eres amo de la inmortalidad
Eres el cofre donde se guardan todas las promesas
No hay otro en el vasto universo que pueda ser tu rival
Tú eres el Hijo amado que fue traicionado
No hay hombre nacido de mujer que pueda ser confiado
Tu dolor fue indecible, tu recompensa todos la gozamos
¿Quién tiene tus dichos, tu profunda sabiduría?
¿Quién es leal como tú cuando hablas doctrinas?
En tu boca no se encontró mentira alguna
Ni en tus pasos hubo tropiezo a ser juzgado
¿Qué hombre puede contradecirte?
¿Qué pueblo puede detener tu mano?
Tú eres el enviado para destruir las obras del malvado
¡Tú eres más grande y poderoso que todo el sistema planetario!
Autor: Arturo Cardona Mattei
Caguas, Puerto Rico
7 de abril de 2015