Balbina Negreira
Ganó la tradición, de unos y otros…
Por Balbina Negreira
Un tuit de Marina Le Pen confirmó que Donald Trump había ganado la presidencia de los Estados Unidos. Era demasiado para los estadounidenses hacer más concesiones como ejemplo de la democracia mundial. Durante casi ocho años han tenido a un presidente negro y, ahora, ¿a una mujer?
No ha bastado que ella dejara pasar los “cuernos”. De ser una buena madre ni de estar sobre cualificada, además, de anglosajona. Tampoco untarse de las y los votantes latinos. La torturaron-mediáticamente-respecto a su salud como si no fuera un ser humano. Como sucede en muchos países, la mujer tras casarse pierde su apellido paterno o materno, tal vez se debería empezar por recuperarlo-o permitírsele la opción-.
Los disturbios raciales de los últimos tiempos avisaban al partido demócrata de que algo no iba bien. En la recta final de la campaña, la comparecencia pública del director del FBI reabriendo la investigación de los correos electrónicos enviados por Hillary, avivaron las discrepancias creando confusión.
Lo que quizá hemos subestimado es el conservadurismo subyacente en la sociedad norteamericana. El voto latinoamericano, aunque no decisivo, pero ha quedado reflejado las raíces culturales y devoto cristiano de la región. Acostumbrados a gobiernos patriarcales, probablemente, vieron el-varón-que aún persiste en una gran mayoría de hombres y mujeres.
La visita de Trump a México ha tenido su impacto electoral aún con preaviso de un muro fronterizo. Una mayoría de inmigrantes quieren “papeles”, pero no que sus hijas tengan el derecho a decidir sobre su cuerpo ni que sus hijos elijan ser gais, lesbiana o transexual. Un “macho alfa” como él era el indicado.
En Latinoamérica, a pesar de presumir algunos países de un crecimiento económico, se producirá una mutación vírica en la economía de la región, debido a que, las remesas enviadas desde una economía (mayormente sumergida) se verá espantada. No se puede influir electoralmente en un país sino acudes a votar o no cuentas en la seguridad social.
Si se pensaba que ganando una “mujer” se produciría una “coalición de presidentas”-pueden ya estar tranquilos o, no, es prematuro predecirlo. Estados Unidos optó por no cambiar el sexo de su presidente. Una elección que ha sorprendido hasta a la Unión Europea-UE.
Había mucho descontento, se quejaban de estar compartiendo en demasía con los “sin papeles” sus derechos sociales como ciudadanas y ciudadanos estadounidenses. Las avalanchas de inmigrantes en busca del “sueño americano” han ensanchado la brecha por la supervivencia; con un “no” a una mujer, los ¡unos y otros!
Madrid, España.