Eli Heiliger
Semana Santa y operativos
Ojalá que algún día todo el desvelo, y la espectacularidad, que exhiben las autoridades en periodos especiales como Semana Santa, Navidad y Año Nuevo para garantizar la seguridad ciudadana se mantenga a lo largo de los 365 días.
Para esta Semana Mayor la Policía Nacional anunció la incorporación de 21 mil hombres a labores contra la delincuencia, le sigue el COE con con 30 mil hombres entre civiles y militares y los hospitales no se quedan atrás fueron reabastecidos con medicamentos en un plan para los que asisten a esta parranda colectiva en que se ha convertido la Semana Santa en los últimos años.
Todo ello equivale a un gigantesco operativo, que cuenta hasta con helicópteros, con la inversión de no sé cuántos millones de pesos destinados a salvar vidas o a prevenir accidentes, aunque después el lunes siguiente todos participemos en esa danza macabra del conteo de las víctimas.
Los operativos tienen de malo que se ejecutan para un momento específico y luego de ahí todo vuelve a la normalidad y luego el pobre con su resaca vuelve a su pobreza y el rico con su riqueza vuelve a su riqueza, como dice una canción de Serrat.
Entre uno y otro operativo se impone el sálvese quien pueda, la ley del que más suerte tenga para no ser asaltado en una esquina ante la luz roja de un semáforo, cuando las autoridades debieran de poner el mismo empeño que en periodos especiales.
Es decir debiéramos vivir en operativos permanentes contra la delincuencia, contra los accidentes de tránsito, contra los feminicidios y así disminuirían muchas víctimas.
En periodo normal escasean, por ejemplo, las ambulancias para trasladar a los enfermos graves y ni se diga de un helicóptero y hasta medicamentos en los hospitales y los agentes policiales para prevenir el crimen.
Por eso creo que es necesario que el país viva en operativos todo el tiempo de todo tipo de género.