Los dominicanos, más que una nación, somos una eterna ilusión. Vive en nosotros la intima convicción de que fuimos premiados por la divina providencia, al nacer en esta isla ubicada en el mismo trayecto del sol.
En un medio paradisíaco, con una exuberante naturaleza, una temperatura benigna, una brisa cálida, playas encantadoras, sin ningún bicho o reptil venenoso, violento o carnívoro.
Por desgracia desde hace 500, los mismos que trajeron a Jehová, trajeron a Satanás. Que ha revestido múltiples formas en cada época.
Primero: en la banda de delincuentes y desorejados que llegaron con el Almirante de la Mar Océana, Cristóbal Colon. Luego con los infantes y Marinos ingleses que nos invadieron comandados por el Almirante Penn y el General Venables.
Luego los Soldados enviados por Napoleón Bonaparte. Luego la soldadesca haitiana que nos invadió. Después el terror y la represión impuestos por los conservadores encabezados por Pedro Santana.
Luego la corrupción y los innegables crímenes de los gobiernos de Buenaventura Báez, Lilis, los Soldados USA, Trujillo, Los Marines USA, Balaguer.
Luego la frustración con los gobiernos del PRD, y el tiro de gracia fue la archimegacorrupcion generalizada de los gobiernos de Leonel Fernández.
Han causado que el pueblo se desmovilice e íntimamente se sienta; deprimido, desesperanzado, frustrado, cansado, incrédulo.
Pero -la verdad es- que su ilusión de una patria prospera, de oportunidades y solidaria se mantiene viva. Aunque sin brazos y sin piernas, por ahora. Quizás esperando la cabeza.
Hemos perdido esa espontanea alegría, eterno reflejo del coraje del alma ciudadana, pero sigue ahí, esperando expresarse, esperando tiempos mejores.
Triste es saber que como sociedad, estamos secuestrados por un sistema, diseñado por los últimos demonios, un grupo de individuos que ayer daban pena mendigando el apoyo del pueblo.
Hoy mantienen su poder y la sociedad sometida, no con armas, sino en el dinero robado al estado, instaurando un sistema basado en la corrupción y la impunidad. Que su lema es; “Archivo de expedientes”
¿Hasta cuándo? Nada dura para siempre. La Era Trujillo, es el mejor de los ejemplos. Y lo peor es, que el pueblo lo sabe, y solo espera.
El autor es presidente del Partido Quisqueya Potencia –PQP-
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