Francisco S. Cruz
Hugo Tolentino Dipp, ¡no puede ser!
Hugo Tolentino Dipp, ¡no puede ser!
Por Francisco S. Cruz
Al ritmo que va el Dr. Hugo Tolentino Dipp, en su inaudito papel de vocero de su partido, echará por tierra su imagen de político juicioso e intelectual de alto vuelo. A la porra se ira también, su bien ganada trayectoria académica y de acucioso historiador. ¿Será que aspira a algo?
Eso de tirarse encima la desacreditada imagen del PRD, levantando un discurso acusador creyendo que habla desde un convento o desde una catedral de cristal cuando el país entero sabe que ese jacho (símbolo del viejo PRD) se apago hace tiempo producto de que en su nombre se hicieron gobiernos corruptos y desfalcadores al punto de que él mismo renuncio cuando Llego Papá, hacia y deshacía. ¿Ya se le olvido?
Ese papel de vocero y respondón no le queda bien. Déjele eso a Orlando Mera, al inefable Alburquerque y al Guapo de Gurabo. Esos saben tirar piedras, revolcarse y mentarle la madre a cualquiera. Usted, no sabe ni siquiera decir malas palabras; aunque -por sus últimas declaraciones- parece que quiere aprender.
Pero en la vida hay oficio en lo que hay que empezar temprano, como ese de vocero de un partido político corrupto, pues generalmente para defenderlo se necesita sufrir de amnesia, hablar muchas mentiras y tener cara de poco serio. Y en honor a la verdad y muy a pesar de sus desafortunadas incursiones en ese oficio, de esas tres condiciones, solo la primera se le podría endilgar.
Este caso del Dr. Hugo Tolentino Dipp, bien podría ilustrar -extrapolando la diferencia, por supuesto- el de algunos intelectuales que ante los triunfos electorales y políticos del Dr. Leonel Fernández Reyna y el PLD, han decidido abandonar la literatura, la economía, las ciencias sociales y el periodismo para dedicarse, a tiempo completo, a satanizarlo, desacreditarlo, fusilarlo y cobrarle con creces el delito de haberlos relegado generacionalmente al olvido, a la retaguardia de la historia y a morirse de envidia. Esas, por mas que disfracen sus discursos, criticas y sandeces, son las razones de sus odios, diatribas y mezquindades.
Lo del Dr. Hugo Tolentino Dipp, en el fondo, es una rabieta sin sentido y desorbitada de una realidad que ya no entiende ni comprende porque primero milita en un partido que no existe tal cual lo concibe (dizque socialdemócrata), y segundo, porque actúa ejerciendo un oficio del que no tiene las virtudes (¿?) porque se necesita (para ejércelo) la facilidad del insulto, el dime y direte y los malabarismos del que saber votar los golpes. Y eso para empezar, explica su fracaso como vocero.
Al final, lo aconsejable para el Dr. Hugo Toelentino Dipp y su trayectoria de ex rector y recio intelectual, es que retome su viejo rol de acucioso historiador, de teórico jurisprudencial y de político juicioso. Lo de vocero, definitivamente, déjeselo, a Ramón Alburquerque, a Orlando Mera, a Hipólito y a otros tira piedras de esa madriguera llamada PRD.
*El autor es dirigente del PLD en los Estados Unidos y ex profesor de Historia de la UASD, República Dominicana.