Eli Heiliger
Freddy, el bailarín
Escuche por el programa radial “Los sabios en la Z”, del domingo 19 de abril, en una edición dedicada a la guerra de abril de 1965 un relato sobre la muerte de Freddy, el bailarín ocurrida el 15 de junio de 1965, cuando tropas de la 42 División Aerotransportada de Estados Unidos avanzaban en un vano intento por asaltar la Zona Constitucionalista.
Manuel García Germán, entonces capitán del Ejército que estaba en el edificio Copello, sede del gobierno en arma del coronel Francisco Alberto Caamaño Deño, confesó que recibió una llamada telefónica de Freddy informándole sobre el avance de los invasores por los barrios El Timbeque y Villa Francisca.
Al que contestó ordenándole abandonar la zona y dirigirse al comando Santa Bárbara, que operaba cerca de la iglesia del mismo nombre próximo a la avenida Mella y se pusiera bajo las órdenes del legendario comandante Rafael Pichirilo, bautizado por José Francisco Peña Gómez como el domador de los mares, porque capitaneó el yate Gramma que llevó a Cuba los hombres del Movimiento 26 de Julio.
Freddy resistía gallardamente la embestida de los invasores y le contestó a García Germán: “!Coño aquí somos hombres guapos!”, y permaneció en su puesto de combate.
Minutos después era blanco de las balas enemigas, cuando estaba apertrechado en el callejón Mateo y Mateo, muy cerca de su casa, en la calle Juan Saltitopa, de la entonces heroica barriada de Villa Francisca.
Ahora que se conmemora el 50 aniversario de la insurrección cívico militar que buscaba reponer el gobierno de Juan Bosch, derrocado en el 1963, recuerdo ese patriota orgullo del barrio donde crecí. Recuerdo que su madre, doña Fefa, tenía en la sala de su casa una fotografía con un velón encendido.
Durante mi niñez escuche relatos de la guerra de abril de 1965, las hazañas de los combatientes de mí barrio, que hasta con escupitajos defendieron la soberanía nacional, entre las que estaban Freddy, el bailarín.
Su condición de homosexual no le impidió empuñar el fusil junto a otros y desobedecer una orden del alto mando para integrarse al comando de Santa Bárbara donde había mayor poder de fuego, pero él se quedó, fusil en mano, en el callejón Mateo y Mateo, para morir heroicamente.
Freddy fue uno de los hombres que aportó Villa Francisca a este hermoso proceso, junto a Pedro Cadena, Mico el mocho, que el hecho de ser mutilado de una de sus manos no le impidió integrarse a la “trinchera del honor”.
A 50 años de la aquellos hechos lo recuerdo como un homenaje y con él a los caídos en defensa de la soberanía nacional durante aquellos hechos que se desencadenaron el sábado 24 de abril de 1965.