Eli Heiliger
El toma y daca del acuerdo
Miguel Vargas Maldonado y Danilo Medina pudieron ahorrarse los discursos pronunciados durante la firma del acuerdo para un “gobierno de unidad nacional” y le hubiera resultado más fácil ocultar sus propósitos: el reparto de cargos en la administración pública y del Presupuesto Nacional, todo para servir de ariete a la reelección, a la cual se opuso José Francisco Peña Gómez.
El pacto recuerda el otro que delinearon el 15 de mayo del 2009 Leonel Fernández y Vargas Maldonado, llamado el “de las corbatas azules”, con el que se distribuyeron las altas cortes, hoy puntales en el blindaje de la corrupción.
En sus peroratas Medina y Vargas Maldonado expusieron un programa de Gobierno que alegan apunta a la institucionalización del país con propuestas que aparecen en las ofertas programñaticas de cualquiera de los partidos tradicionales.
Pero ese programa para un “Gobierno Compartido de Unidad Nacional” pudo ejecutarlo el partido morado con los años que tiene al frente de la administración pública con el pleno control de los organismos del Estado.
“A todos los perredeístas, a todos los peledeístas y a los dominicanos, le traemos buenas noticias, es el acuerdo de políticas que acaben con el cortoplacismo y permitan dar solución a los problemas históricos del país, es el comienzo de la senda por la estabilidad y el progreso en alta velocidad”, sostuvo el mandatario. “El papel aguanta todo”, dice una sabía expresión popular.
Este acuerdo confirma las andanzas de Vargas Maldonado en sentido de que durante las elecciones pasadas no abordó “la patana” del perredeismo con lo que certifica la creencia de muchos de sus compañeros de que obró contra el triunfo de Hipólito Mejía en las elecciones del 2012.
Además liquida la democracia interna en ambos partidos a partir de una unidad que se produce arriba, pero con dificultades para amarrar abajo, pues el descontento es creciente con la reelección solo del Ejecutivo, sino de otros cargos electivos, lo que posterga las aspiraciones de muchos.
Los rostros adustos de Medina y Vargas Maldonado durante la firma del acuerdo lucieron poco convincentes en sus propuestas de las que olvidaron la deuda externa y la corrupción, lo único claro es obtener el poder por el poder,
Más bien esta alianza luce ser un seguro de vida para Medina a fin de suplir la disidencia interna de los que objetan la reelección, con la agravante de que buscó como aliado a un PRD desleído, que luce estar más cerca de la tumba que de la vida real.