En 1979, Agliberto Meléndez fundó la Cinemateca Nacional, hoy Cinemateca Dominicana, convirtiéndose rápidamente en el punto de encuentro de cinéfilos con ideas afines
Murió el cineasta Agliberto Meléndez, figura importante del cine dominicano

Santo Domingo RD.-Murió el cineasta Agliberto Meléndez Jiménez, conocido por dirigir la película Un pasaje de ida (1988), el primer largometraje producido íntegramente en la República Dominicana por un elenco y equipo dominicanos.
La película se dio a conocer al público estadounidense después de su debut en 1988 en la ciudad de Nueva York, en el Festival de Nuevos Directores/Nuevas Películas del Museo de Arte Moderno. Un pasaje de ida ganó cierta notoriedad debido a su temática macabra: la historia de los futuros inmigrantes que mueren en su lucha desesperada por escapar de un destino de pobreza y desesperación. Filmada en condiciones muy adversas, demostró a todos que era posible.
En 1979, Agliberto Meléndez fundó la Cinemateca Nacional, hoy Cinemateca Dominicana, convirtiéndose rápidamente en el punto de encuentro de cinéfilos con ideas afines. Lideró la Cinemateca Nacional en solitario durante tiempos muy difíciles, pero logró mantenerse a flote hasta que finalmente se vio obligada a cerrar sus puertas en 1986, tras la elección del candidato derechista Joaquín Balaguer. La Cinemateca Nacional presentó clásicos del cine mundial a un público nuevo, fresco y entusiasta.
Su perseverancia y visión de futuro hicieron de Agliberto Meléndez el pionero indiscutible del cine dominicano. Se desempeñó durante varios años como profesor de cine en varias instituciones docentes. Su último largometraje: Del color de la noche (2015), basado en la vida de José Francisco Peña Gómez.
Más allá de su trabajo como director, Meléndez fue una voz activa que defendió el derecho de República Dominicana a tener un cine propio. Con dedicación, luchó para que las vivencias del pueblo dominicano pudieran ser expresadas a través del lenguaje audiovisual con respeto y autenticidad. Su esfuerzo fue clave en la apertura de un camino que muchos otros cineastas han seguido con admiración y compromiso.
Para quienes forman parte de la industria cinematográfica y para los amantes del séptimo arte en general, la noticia representa un momento de reflexión. La trayectoria de Meléndez sirve como fuente de inspiración, no solo por lo que logró, sino también por la manera en que lo hizo: con perseverancia, visión y un profundo sentido de identidad cultural.