El transporte masivo en la Republica Dominicana hoy es un gran caos. Atender a la demanda de un servicio eficiente y de calidad para los ciudadanos nunca, al parecer, han sido estrategias principales de ningún gobierno, salvo el interés clientelar para con los usuarios de estos servicios como el de mantener estructuras de transportes sindicales y en la mayoría de los casos partidarias haciendo más de lo mismo.
Necesitamos construir un sistema de transporte masivo público o público-privado con las llamadas APP, que garantice y promueva mediante un servicio competitivo y de calidad el desarrollo económico de las regiones y la promoción del emprendimiento y el trabajo, condición sine qua non para la construcción y desarrollo de la micro, pequeña y mediana empresa.
El mundo de hoy debería apostar por alternativas de transporte masivo mediante la construcción de grandes sistemas de trenes eléctricos para comunicar el sur con la capital, la capital con el este, la capital con el Cibao y puerto Plata, mientras dentro de estas grandes ciudades se deberían desarrollar kilómetros de rieles con servicios de trenes y líneas exclusivas para autobuses de gas natural, eléctricos o de hidrogeno para alimentar los barrios y comunidades de cercanías.
Esta gran transformación modernizadora costara tiempo, un gran esfuerzo presupuestario y de inversión y muchas incomodidades en su proceso de construcción, pero que me diga alguien cual parto responsable de dar vida no causo dolor, sacrificio y sangre.
Nada de esto surtirá los efectos esperados si no entendemos que estas transformaciones cambiarán nuestra cultura, nuestros hábitos y en algunos casos hasta nuestro modo de vida, nuestro trabajo, tarea o ejercicio. Lo que si estoy 100% seguro, es que lo cambiara para bien y para un futuro lleno de prosperidad para todos.