Jackson Pichardo
Orfandad dominicana en New York
La comunidad dominicana en la llamada babel de acero se encuentra sumida en el más profundo abandono con relación a tener verdaderos líderes que de verdad se preocupen por la solución de sus problemas.
Los dominicanos son unos de los grupos nacionales residentes en la ciudad, que están en una situación socioeconómica de las más precarias, pues sus bajos niveles de ingresos económicos a nivel colectivo no le permiten disfrutar de los privilegios de otros grupos nacionales que también residen allí.
Es ya muy común encontrar familias en condiciones de hacinamiento, que viven en apartamentos viejos, a los cuales los propietarios del inmueble no les dan un mantenimiento adecuado y encima de esto los precios de los alquileres aumentan rápidamente, lo cual termina con tragarse el presupuesto de quienes viven en estos lugares.
Esto, más una agresiva y sistemática estrategia de los dueños de vivienda de llevar a cortes judiciales a estos inquilinos, amparados en los más variopintos pretextos, han hecho que ya la comunidad dominicana se vaya desplazando de lugares emblemáticos para ella como lo es el alto Manhattan a otros lugares más a la periferia o a otros estados.
A esto , le agregamos el pesado fardo de cargas que desde la República Dominicana le impone el gobierno a sus compatriotas que viven en los Estados Unidos , a través de escandalosos impuestos indirectos que les aplica a todos aquellos que necesitan mantener un vinculo con su país.
Entre los abusivos impuestos podemos mencionar , el que se debe pagar para comprar un boleto aéreo para viajar a República Dominicana , el cual el usuario tiene que pagar un dieciséis por ciento del costo del pasaje al gobierno dominicano, éste justifica dicho cobro aduciendo que debe dar mantenimiento a sus terminales aéreas y por lo tanto les cobra casi el triple de lo que cobra el gobierno de los Estados Unidos por la misma transacción , cuando este país ofrece más comodidades en sus aeropuertos.
Otro lugar donde literalmente se desolla a los dominicanos , es en su consulado en New York, el cual tiene como única utilidad real pagar deudas de campañas políticas a quien nombren cónsul y en cuanto a su personal administrativo nos imaginamos debería figurar en los record Güines por la cantidad de alrededor treinta ciudadanos que fungen como vicecónsules y que no encuentran lugar donde sentarse por falta de espacio físico. Cabe destacar que los precios que se cobra a los usuarios de este consulado son excesivos y como muestra un botón, allí se expide el pasaporte más caro del mundo.
Y como si no nos faltara nada mas hoy se escucha el gallinero armado por nuestros políticos quejándose que no les permitan ser nombrados senadores en el exterior, demostrando ahí ser unos faunos que en vez de luchar por resolver los problemas enunciados más arriba, lo único que buscan es seguir desangrando inmisericordemente a sus compatriotas, que definitivamente merecen mejor suerte.