José Henriquez
La alternabilidad presidencial VS continuismo ministerial
Charles Bethelheim, destacado sociólogo y economista marxista, analizó a la Unión Soviética (el Socialismo Real) y advirtió sobre lo pernicioso que fue el proceso de burocratización del Estado Soviet, que de una dictadura del proletariado evolucionó hacia una burocracia aburguesada, perpetuada en el poder. Esta fue una causa determinante de la desintegración de la URSSS y el régimen comunista.
Por otra parte, la inamovilidad ministerial del gobierno de Venezuela, o sea, el continuismo burocrático de los ministros frenó la dinámica y movilidad social , política y del desarrollo de una nueva fuerza productiva y de las diversas expresiones artísticas y culturales de la clase media; lo que ha provocado una ebullición que va a arrasar con ese status quo continuado por el presidente Nicolás Maduro y el Neo chavismo, que perdieron su carisma y autenticidad con la muerte del admirado Hugo Chávez.
Regímenes conservadores como el del Partido Popular en España también han tambaleado por la presión de una sociedad civil que no se siente expresada a través de los partidos tradicionales. Ciudadanos y Podemos constituyen una alternativa de ¨Tercera Vía´´, como expresara Anthony Guidens, que busca romper el orden existente. Se da la alternabilidad presidencial del PP y del PSOE, pero estos mantienen en el poder la misma burocracia partidaria que se alternan en el tren gubernamental, congresual, etc., de acuerdo al partido (uno u otro) que gane las elecciones. Por esto, el sistema político español está en crisis profunda.
En República Dominicana se ha producido el sistema de alternabilidad presidencial. El forcejeo de los agentes políticos para la definición de las “reglas del juego” (que tanto cacareó nuestro profesor Bosch) ha sido notorio en las últimas décadas. Por eso el profesor reiteró, en ocasiones, que “en nuestro país todavía no había una clase gobernante”. La contradicción reelección – alternabilidad presidencial ha llevado a modificaciones de la constitución. Pero esto es parte de la idiosincrasia política dominicana advertida en 1872 por Francisco Henríquez y Carvajal, cuando Ulises Heureaux (Lilís) modificó la constitución “como un traje a la medida”. Asimismo lo hicieron Pedro Santana y Buenaventura Báez, antecesores de Lilís.
Pero la alternabilidad presidencial es una realidad en República Dominicana. Lo que no hemos logrado es la alternabilidad de los funcionarios o ministros del Partido de la Liberación Dominicana y de los viejos cuadros políticos de todos los partidos tradicionales y/o grupos de izquierda.
El proceso de nepotismo–continuismo– burocratización castra el necesario cambio de relevo generacional, de la movilidad y del cambio constante en el Estado y la sociedad.
Es notorio que los únicos cambios que se han producido con exactitud son los de las FF.AA, de la PN y en el Congreso, que ha sido gradual y porcentual.
Creo que el presidente Danilo Medina está consciente de esa realidad: la alternabilidad presidencial es positiva, pero la permanencia o inamovilidad de la mayoría de los ministros o funcionarios, algunos rotativos (que tienen 3 periodos consecutivos, más el primero que presidió Leonel Fernández), ya no es apropiada y saludable porque así lo exigen las bases del PLD, los aliados y la sociedad dominicana.
Hay que ir acorde con los tiempos y la evolución de la sociedad. Asistimos a un cambio generacional: político, social, tecnológico… el denominado Milennial. Muestra de eso son los candidatos jóvenes electos – sin caer en un Marcuseanismo-: José Laluz, David Collado, Faride Raful, Rogelio Genao Jr. Etc. También entendemos que el presidente Medina está consciente de que el cambio debe ser en su próximo gobierno, aunque sea engorroso, pero sin desatar una inquisición desenfrenada. Los cuadros del C.P. - PLD deben asumir otro rol político electivo y comprender, como lo enseñó el profesor Bosch, la negación dialéctica, o lo que dijo recientemente el líder Fidel Castro “a cada hombre le llega su tiempo”… presidentes, peloteros, boxeadores, etc.