Fauntly Garrido
Del Chavismo al Desarrollo con Igualdad y Justicia
La desaparición física de Hugo Chávez Frías deja un vacío importante en el movimiento latinoamericano de la nueva Izquierda. Desde su aparición en los escenarios de poder fue una figura controversial, magnética para muchos, desordenada y peligrosa para otros pero sin lugar a dudas una figura cuyas ideas y acciones repercutieron en el escenario de su nación y del mundo en general. Como militar fue desobediente, no sólo desafió el ordenamiento constitucional venezolano al intentar tomar el poder por la fuerza en aquel famoso intento de Golpe de Estado del 4 de Febrero de 1992 contra un gobierno democráticamente electo sino que ya siendo presidente nunca separó la política de los cuerpos castrenses.
Sus ideas sobre cómo unificar a los pueblos Latinoamericanos tuvieron puntos luminosos como el intercambio "solidario" con el Pueblo Cubano al cual ciertamente el continente ha abandonado a su suerte frente al gigante del Norte. El acuerdo de Petrocaribe que ensancha los beneficios del acuerdo de San José (en el cual Méjico también participaba) era y pudiese ser una oportunidad interesantísima de crecimiento y desarrollo multilateral a partir de la utilización de un recurso indispensable como lo es el Petróleo. Pero de la manera que fue concebida terminó en gran medida infectando a las naciones asociadas del mal que por tanto tiempo ha agobiado a Venezuela el sostenimiento de una clase política y social parasitaria a partir de la exportación de un bien primario, en este caso el petróleo.
Tanto en el caso dominicano y hasta en el cubano, para sólo citar dos ejemplos el financiamiento de Petrocaribe no ha sido utilizado de manera eficiente y los esquemas de repago no se han manejado con la seriedad que se tratan típicamente las deudas con organismos multilaterales y/o de crédito ligados a los mercados internacionales. De tal suerte que aparentemente este esquema de financiamiento ha encontrado en el financiamiento de los grupos políticos afines al Chavismo su mayor éxito.
La iniciativa de la creación de un Banco Latinoamericano de Desarrollo para sustituir el financiamiento de organismos tales como el Banco Mundial y el FMI (cuyo enfoque es fundamentalmente de promoción de sus países asociados, según la doctrina Chavista) no se pudo materializar. Sin lugar a dudas que esta fuente alterna de financiamiento (con controles más rigurosos e imparciales que los de Petrocaribe por ejemplo) es una iniciativa que toda Latinoamérica debe de abrazar y esperamos que se pueda eventualmente concretar.
Si alguna conclusión podemos evaluar del ejercicio de poder del "Comandante Chávez" es que la pasión sin estructura aun cuando cuente con una fuente aparentemente inagotable de financiamiento no conduce a la creación de un proyecto de nación, mucho menos de un bloque regional o continental.
Ejemplos nos sobran del pasado y del presente de como las naciones que no logran desarrollar una clase media dinámica, emprendedora con acceso y libertades adecuadas no alcanzan el desarrollo. El oro no termina en la mano de los obreros de la mina, sino de los que tienen el poder económico para minarlo, mercadearlo y consumirlo.
Los planes de asistencia social, rescate de las poblaciones desprovistas y de mejora en los servicios de salud, educación, transporte etc, son y deben de ser el rol fundamental del Estado. Pero para lograr esto no es necesario estatizar las empresas privadas nacionales o nacionalizar las extranjeras, perseguir a tus opositores políticos y alejar a tus conciudadanos.
El futuro de Latinoamérica requiere que valoremos y aprovechemos el enorme potencial de nuestro bloque regional. Pero esto implica más que mirar al pasado y las luchas por la liberación de los pueblos que estos llevaron a cabo, hechas nuestra mirada firmemente hacia nuestros competidores y por qué estos países (sobre todo los asiáticos) han alcanzado el desarrollo antes que nosotros.
La emoción y el arrojo de Chávez son valores positivos que debemos admirar, siempre y cuando vayan acompañados de disciplina, apertura, respeto al orden institucional y sobre todo la promoción de tu sector productivo, sin esto el "espíritu revolucionario" no prospera. Si no nos creen pregúntenle a Gorbachov o a Deng Xiaoping.