Carlos Martínez Márquez
Besos bursátiles
‘’Atrévete a besarme y sabrás lo que te cuesta’’ El autor
Nada tan poderoso como el roce de unos labios. Desde ese instante se inicia la guerra campal en el intercambio de hormonas y testosteronas. Ambas, es una especie de besos imantados, atraídos por la imaginación, el instinto y el entendimiento de doble vía.
El beso es noble y generoso, sutil y agresivo a la vez. A pesar de que el casi 90% de las culturas humanas se besan con fines románticos y sexuales, los mismos no dejan de tener un componente bursátil en el mundo del ‘’Chapeo’’. Se debe estar siempre preparado, para cualquier contingencia. Esos labios que nos llaman tanto la atención, los que potencian nuestra libido y que nos abren las compuertas del ‘’todo terreno’’ (…) son los que nos pasan facturas, con un poco de anestesia, por cierto.
Los labios en estos tiempos, vienen sellados con código de barras, pero no suelen decirnos cuánto nos cuestan los ‘’besos’’. Es tan solo un mecanismo para hacernos caer en la trampa, que cuando pasemos por caja, no habrá vuelta atrás. La filematologia, ciencia que estudia los besos, las cuales estimulan las (neuronas espejo) en nuestro cerebro, las que ayudan a incrementar la empatía y disminuir las inhibiciones, no advierten que los besos, en su mecanismo de acción y en su presentación, tienen efectos colaterales que llevan a cualquiera a la bancarrota.
Hoy día, se vive en una vorágine económica de ‘’búsqueda’’, los besos, no están exentos de quedarse fuera de esa dinámica. Son la llave para encender cualquier hoguera, pero se requiere de combustibles, que amerite esa dinámica de intercambio para emprender los desafíos de conquistas: La plata de curso legal. La misma tiene que manifestarse, para que las hormonas empiecen a generar chispas y destellos de deslumbramientos en las testosteronas. Las chapeadoras ejercen una fina labor social de interés pecuniario, en la que inciden en el entusiasmo permanente, de elevarnos el auto-estima. Ya nadie es el ‘’papa -upa de nada’’ si no cuenta con cierto arsenal monetario que atraiga a las chicas caza fortunas.
Así son las cosas en este siglo 21, el trueque regresa tras cientos de años de ausencia. Y hoy, lo estamos viendo de nuevo. ‘’Nothing is free in life’’. (Nada es gratis en la vida).