Carlos Martínez Márquez
Aire de esperanza para un mundo mejor
’ Los hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes. ’’ Isaac Newton.
El frescor del otoño, trae de la mano, el preludio de aire de aconteceres y esperanzas. En cuanto a la navidad, la misma, en la que cada año rendimos tributo con alegría y damos testimonio de fe, es la mejor alternativa para reflexionar e interiorizar las cosas que nos afectan cada momento, dejándonos una estela de sentimientos encontrados y por la que luchamos, por mejorar nuestro accionar en la parte neurálgica y más vulnerable de la psiquis.
Uno de los retos, que debemos tener como prioridad, para revertir las hazañas de violencia y guerra en todo el planeta, es reinventarnos, como seres capaces de prosperar en acciones, que promuevan la paz; que no habría en el mundo un arma tan eficaz y poderosa como el amor. Ese sentimiento bélico que trae consigo el hombre, desaparecería de cuajo. La violencia, es un generador de preocupaciones, para la convivencia humana. No estamos siendo capaces de regirnos por nuestro raciocinio y la sensatez, muy divorciada (por cierto) del pensamiento civilizado. Nos dejamos llevar por instintos y emociones diversas, que alteran el comportamiento del plasma humano.
Anhelo, ver una muestra de mejoría en cada rincón donde haya desazón, que depongamos las armas de destrucciones masivas, que tanto nos cuestan, para mantener una guerra de siglos innecesaria. Que el único enemigo a quien debemos combatir, es a la pobreza y a la plaga de hambruna diseminada por todo el planeta. Con esos mismos recursos que se asignan para matar inocentes e infelices, son los mismos que servirían para generarles expectativas de vida y calidad a la humanidad.
No dejemos que la hipocresía eclipse nuestros sentimientos. Aprovechemos el rocío de cada mañana otoñal e invernal, para implorarle al viento, un aire más ‘’cálido y purificado’’, que nos llegue en abundancia, para erosionar lo sórdido, lo funesto y lo trágico de la psiquis retorcida del hombre, el mismo que ha sido capaz de transformar el mundo, ha sido el único responsable de crear daños irreversibles.
El mundo está en manos poderosas y mentes enfermas y egocéntricas. Estos tiempos de navidad nos sirva para meditarlo.