Madrid, España. La madre de Gabriel. "Íbamos a luchar para que esta bruja no pisara la calle y lo hemos conseguido"
Ana Julia Quezada mató a Gabriel Cruz, de ocho años, y lo hizo con alevosía. Es el veredicto del jurado por unanimidad, formado por siete mujeres y dos hombres, que juzga a la dominicana, de 45 años, desde hace semana y media en la Audiencia Provincial de Almería, donde la acusada ha admitido haber dado muerte al niño, hijo de su ex pareja, Ángel Cruz.

 "Ana Julia mató a Gabriel de forma sorpresiva y repentina, sin posibilidad de defensa por parte del menor". Ese ha sido el veredicto exacto emitido por el juzgado que coincide con la tesis de la Fiscalía y descarta el ensañamiento que pedía la acusación particular que representa a la familia por no considerarlo probado. El jurado tampoco da por probada la premeditación, ya que considera que el asesinato del niño fue un arrebato.

 El jurado popular tampoco ha considerado los atenuantes que presentaba la defensa de Ana Julia Quezada entre los que estaría que la acusada estaba bajo los efectos de tranquilizantes y por eso no confesó la muerte de Gabriel Cruz. Asimismo el jurado confirma los daños psicológicos producidos tanto a la madre del menor, Patricia Ramírez, como al padre, Ángel Cruz.

El veredicto está siendo leído en estos momentos en sede judicial con la acostumbrada liturgia: primero el juez le pregunta al jurado si ha alcanzado un veredicto, después se contesta por parte de un portavoz del jurado cada una de las preguntas del objeto de veredicto (un centenar largo de un documento de 22 páginas en este caso), y por último cada una de las partes pide las penas que considere adecuadas a tenor de los hechos que han sido considerados como probados por el jurado.

 Sobre estos hechos probados deberá ajustar el tipo penal adecuado el tribunal ya profesional, en este caso el presidido por la magistrada Alejandra Dodero, que ha dirigido las sesiones con sagacidad, cortando a los declarantes cuando se andaban por las ramas en cuestiones que no se juzgan, y sin dejar a los abogados especular ni prefigurar las respuestas.

El fallo podría suponer para Ana Julia Quezada la prisión permanente revisable, la pena solicitada tanto por la Fiscalía como por la acusación particular, representante de los padres de Gabriel Cruz aunque la reciente jurisprudencia del Supremo apunta en otra dirección. La defensa ha solicitado que los hechos sean calificados como homicidio imprudente (tres años), o subsidiariamente como homicidio doloso con el atenuante de arrebato y obcecación (15 años).

 El veredicto podría llevar a también a Ana Julia Quezada, que declaró en sala haber asfixiado al niño en un arrebato de rabia al insultarla éste, a ser condenada a 10 años más de cárcel por lesiones psíquicas a los padres de Gabriel Cruz, al haberles ocultado por espacio de 12 días que había dado muerte al menor, dándoles además esperanzas de que iba a aparecer vivo, que mantuvieron en vilo incluso a la Guardia Civil.

Si finalmente fuera condenada a prisión permanente revisable, Ana Julia Quezada pasaría como mínimo 25 años en prisión antes de que ser valorara si podría ser reinsertable, cosa que no sucedería antes de ese plazo. También se revisaría su caso en los años 28 y 30 de su condena.

La prisión permanente revisable fue instaurada en 2015 con mayoría parlamentaria del PP, no sin controversia: centenar y medio de catedráticos de Derecho Penal firmaron un manifiesto pidiendo su derogación, alegando que las penas ya eran suficientemente duras, que sumar años sin más no disuadiría a los criminales de delinquir y que la medida era populista, además de un regreso a la cadena perpetua. La pena, de hecho, está prevista para casos en los que se genera "especial repulsa social": asesinatos de menores y discapacitados, y agresiones sexuales con resultado de muerte de la víctima.