Dalín Olivo Plasencio
La Barrick no vino, la trajeron
La industria minera de origen Canadiense llamada Barrick Gold, tenemos la obligación de entender su objetivo (el enriquecimiento) por todas las vías posibles, licitas y no licitas. Teniendo en cuenta que a donde se da se coge, podríamos aceptarla desde el punto de vista ya descrito.
Lo que todos los dominicanos teníamos que reclamarle, demandarle y exigirle por todos los medios lícitos y no lícitos, e inclusive la desobediencia civil al gobierno y al Estado Dominicano, es la forma onerosa de ceder de nuestra riqueza y patrimonio. Y no lo hicimos porque el tutor del pueblo es el Estado Dominicano, no la Barrick, este es el que esta comprometido con nosotros, no la Barrick. Los que hoy se atreven a reclamar, en aquel momento solo se limitaron a realizar actos de exhibición de camisetas, de bellos cuerpos como una forma más de llamar la atención. No fueron capaces de enfrentar a un Congreso que se atrevió a decir que había firmado un contrato de esa magnitud y cualquiera que fuera sin haberlo leído, lo que de haber ocurrido, en un país donde se respetan las instituciones, hoy todos estuvieran fuera y estaríamos sin Congreso hasta las nuevas elecciones.
Vemos como los medios de comunicación se ufanan y arremeten contra la Barrick, pero no lo hacen contra los que la trajeron. La Barrick no es ni será una empresa multinacional dedicada al bienestar social y a la conservación del medio ambiente, es una empresa depredadora de este, pero peores son los pueblos y los gobiernos; los primeros porque no son capaces de organizarse bajo el poder que les da la Constitución y las leyes, y los segundos porque comercializan ese poder de representación que les da la mal llamada democracia. En el país los comunicadores amanecen con un buen discurso favoreciendo los intereses del pueblo, pero se acuestan glorificando los grandes beneficios que supuestamente trae la empresa minera.
No estoy de acuerdo ni estaré con la forma burlona en que se concedió esa explotación y, por consiguiente, con los grandes daños ecológicos que conlleva dicha explotación, por considerar que debemos conservar el medio ambiente que nos han prestado nuestros nietos para que vivamos en el.
Por eso siempre estaré de acuerdo que les revisemos los bolsillos a cada medio de comunicación y comunicador que cambia de posición de manera tan fácil, pero también a cada legislador y miembro del gobierno que de una u otra manera tuvo que ver con dicha concesión y si encontramos a un sean dos granos de café en cada bolsillo, se lo quitamos y podemos donarlo a la causa medioambiental.
Con esta crisis de valores que padecemos los dominicanos, solo me atrevo a desear que siga profundizándose la crisis económica, ya que una recesión de la economía neoliberal es una tregua que le damos al planeta. Pero debemos saber que los aspectos sociales, económicos y ambientales no pueden ser separados, ya que la pobreza es la mayor causa y afectación del medio ambiente, y ellos lo saben. Nuestra pobreza no es solo económica, que al final es más fácil de vencer, nuestra pobreza es de valores, como el patriotismo, nacionalismo, llegando a vender todo, hasta la dignidad.
Dalin olivo plasencio.
Es médico cirujano general, ayudante del Departamento de Cirugía General en el hospital Taiwán de azua de Compostela República Dominicana, Licda. en Derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, magister en Derecho y Relaciones Internacionales, de la misma Universidad, diplomado en Derecho Internacional Humanitario, Derecho Notarial, Derecho Procesal Penal y Derecho Médico, diversos estudios en el ámbito internacional sobre la paz y manejo de conflictos. Coordinadora del Bloque de Organizaciones Comunitarias del sector de Herrera, municipio Santo Domingo Oeste. Actualmente forma parte de las ternas para escoger el suplente al Defensor del Pueblo.