La Republica Dominicana enfrenta el dilema de si continuar con una estructura y sistema que ha hecho muy ricos a muy pocos bajo la imposición del imperio de la corrupción, el clientelismo y la complicidad o la de reestructura el sistema en general promoviendo el trabajo, la formalización y la riqueza para todos.
El riesgo de quedarnos estáticos por miedo, por pensar que nunca nos tocara, o considerar que la nación y sus ciudadanos todavía aguantan más es una gran apuesta. Apuesta esta de altos riesgo y cuyos precios o costos son incalculables por mente humana hoy. El autoritarismo y totalitarismo de poder presagia el fin del imperio de impunidad y corrupción que reina en la Rep. Dom.
Queda al final del día, una realidad que todos ya conocemos y que tanto el empresariado como los ciudadanos deben tomar una decisión seria, trascendental y valiente, la decisión de construir y ser partes de este cambio, cambio que no será fácil, aunque si, muy seguro. Cambio que requiere grandes sacrificios, construcción de consensos, alianzas, generador de seguridad y promotor del trabajo para la reconstrucción de la nación.
En las manos del empresario, su legado y sus huellas, como en las manos trabajadoras de las mujeres y hombres de esta nación está la decisión valiente de iniciar el cambio, un cambio donde retomemos los valores y principios, donde recuperemos la dignidad y construyamos las oportunidades donde la micro, pequeña y mediana empresa tengas las políticas necesarias para su desarrollo, como son: la reducción y eliminación de impuestos, accesos a la tecnología y el financiamiento barato, acceso a una energía de calidad y competitiva, acceso a la formación de competencia gratuita que le permita crecer y desarrollarse para con esto aportar valor, formalización y empleo a una sociedad pujante de jóvenes que lo necesita.
Empresarios y ciudadanos, este no será el camino más corto aunque si les garantizo que será el más seguro y el más próspero. Iniciemos el cambio. ¡Hagámoslo juntos, Ya!!!