En los últimos tiempos la República Dominicana ha conseguido importantes avances en diversas materias ya sea salud, educación y nivel de vida básico. Nuestro país según el último informe de Índice de Desarrollo Humano, se sitúa en el puesto 88 de 169 países, lo que le da la categoría de desarrollo humano medio. Sin embargo, con relación al aumento de la riqueza por habitante, la educación y la salud no mejoraron en la misma proporción. Es decir, el país sigue mostrando un rezago en educación y salud en relación al logro alcanzado por otros países con igual o menor nivel de riqueza por habitante.
Al momento de hablar de la desigualdad social, solo podemos afirmar que es un fenómeno que se hace presente en cada rincón del mundo. La brecha entre ricos y pobres se ha incrementado, poco a poco debilitando la tan necesaria clase media, una clase media que día a día lucha por conquistar la meta de todo ciudadano responsable, que es cubrir sus necesidades básicas y garantizar un mejor futuro para los suyos.
El asunto negativo de la desigualdad social se agudiza al pasar el tiempo, todo esto gracias a un creciente número de jóvenes profesionales que se encuentran de buenas a primeras sin las oportunidades necesarias para desarrollar sus habilidades, como podremos sacar a millares de jóvenes de la desigualdad si el primer objeto para combatirla es el trabajo digno y estos son agudizados por la falta de empleos “profesionalizados” a nuestra fuerza laboral “común”, quedando los mismos en manos de un círculo de tan solo unos pocos, sin dejar de mencionar aquellos niños y jóvenes que reciben una educación deficiente, asegurándole una mediocridad en cuanto a su desarrollo intelectual que luego se manifiesta en su futuro y para toda la vida, la misma es pasada como herencia como un círculo vicioso.
Si me pregunta cuál sería la enfermedad más letal que podría existir en todo el mundo actualmente, diría sin dudar que es la desigualdad, esta es la enfermedad del siglo XXI, ya que la mitad de las riquezas del planeta está en manos del uno por 100 de la población mundial; como si la riqueza fuera un pastel partido en dos y el uno por 100 más rico se apropia de una mitad mientras la otra corresponde al 99 por 100 de los habitantes del mundo.
De algo podemos estar seguros que la desigualdad social no es un fenómeno reciente. Ha existido desde que se conocen el concepto de riqueza y el de la división social; desde entonces, siempre han existido aquellos que tienen mucho y aquellos que no tienen nada y es eso que debemos cambiar, para mejorar las calidades de vida.
Ya para concluir podemos afirmar que la desigualdad es un medio de presión por el cual los miembros de las altas esferas o estratos sociales impiden que las personas que están en las esferas bajas puedan subir. Lo que si tenemos que tener claro, es que debemos pensar y luchar por la creación de más igualdad, precisamente porque existe una gran desigualdad en el mundo. Los hombres no son iguales es sólo una verdad a medias, la otra mitad es que lo son. También debemos combatir con articulaciones de ideas y acciones concretas para garantizar un mejor mundo lleno de oportunidades.
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Abogado y Comunicador