En su discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional, nuestro excelentísimo Señor Presidente Dr. Leonel Fernández Reyna, ha dado muestra de ser un hombre abierto, de acoger el llamado de la ciudadanía y sobre todo de que tomará las riendas de situaciones que hemos denunciado andan descarriadas.
Para nuestra persona, lo expresado en la pieza, es motivo de satisfacción, pues sentimos en el Señor Presidente, el deseo de que renovemos en el la confianza, para guiarnos a un destino de progreso, comprometiéndose públicamente a enfrentar los males que también hemos descrito como insoportables en nuestra sociedad. Sin duda, nuestro Señor Presidente, planteó en su discurso, que trabajará en ese sentido y ojalá las herramientas con que cuenta el Estado para tales fines, sean puestas en función, para el bien de la Nación Dominicana. Es lo que todos anhelamos.
Esperamos que real y efectivamente, en la República Dominicana la Reforma a la Constitución, no sea un capricho y que en los debates de la misma, se logre independizar al Ministerio Público, del Poder Ejecutivo, para un efectivo y tenaz ejercicio de sus funciones. Pues como lo dijo Juan Pablo Duarte, el gobierno debe ser justo y enérgico…, por lo que debe reconocerse, que mientras el Procurador General de La República y sus dependientes, actúen a requerimiento del Ejecutivo, jamás veremos acciones concretas contra la corrupción en la administración pública.
En cuanto a los ejercicios estadísticos de los que siempre hace alarde nuestro Señor Presidente, entendemos que tanto el, como nuestros economistas, deben reconocer que se trata de un crecimiento de la economía del Estado y que no refleja a nuestra sociedad, pues se basa en reducidos actores que mayoritariamente, inciden en dicho crecimiento, tal como lo son las telecomunicaciones, la producción de azucar y cerveza, entre otros monopolios u oligopolios que concentran el mayor porcentaje del PIB. Esos ejercicios por lo tanto, no atañen a la ciudadanía en general, son un reflejo del vinculo del Estado con esos sectores que aportan al sistema de recaudaciones y mantienen al pueblo sometido a un estado de miseria y hambre con salarios inferiores a los USD$200.00, y peor aun, teniendo que enfrentar la especulación en el comercio.
Precisamente esa condicion salarial, que cualquier empresario ve incluso aun mas favorable que un sistema esclavista, es la triste realidad que promueve en nuestro país de produzcan las grandes inversiones, en turismo y zonas francas, de las que también presumió nuestro Señor Presidente, y que nosotros entendemos son motivo de pena y vergüenza. Por eso y lo precedentemente mencionado en el parrafo anterior, no aceptamos su planteamiento sobre la austeridad que menciona, cuando dice que en nuestro país solo destina un 3 y tantos por ciento del PIB para su nomina. De modo que rechazamos que esto sea una mentira con intento de manipular a la opinión de la ciudadanía. Señor Presidente esta es una realidad que hay que encarar, pues usted no debe someter a todo un pueblo al servicio de las grandes corporaciones y sus fines recaudadores para inversión en megaproyectos.
Si hubiese austeridad, nuestro Señor Presidente incluso evitara las pompas de estilo a su investidura, pues no estamos en condiciones de fiesta, se evitaran las escoltas, desfiles de las llamadas yeepetas y gastos superfluos de toda indole. No se aludiera al % del PIB para justificar la nomina, se evaluara el tamaño de Estado y se sometería un proyecto de reingeniería del mismo. Si verdaderamente tuviéramos austeridad, se pensaría en los miles de policias ganando entre US$120 y US$200, en los empleados de zonas francas y los hoteles que ganan lo mismo, teniendo en consideración, que eso no es suficiente para alimentar a sus familias.
A esa solidaridad es a la que apelamos como nación, no a los US$20 de una tarjeta o al incentivo de US$4.30 por niño en la escuela, a esta vergüenza de tener que reconocer lo inefectivo de nuestra política social, que requiere de estas pírricas acciones, para confortar con migajas a solo unos pocos. ¿Por qué mejor no incorporar un sistemas de guarderías barriales donde se cuide y alimente a los mas jóvenes ciudadanos, mientras sus madres tienen la oportunidad de incorporarse al aparato productivo nacional? Eso, de seguro que es de mayor alcance y beneficio que esta tarjeta tan promocionada.
La solidaridad que buscamos es una que incentive sustancialmente el incremento del PIB, promoviendo la pequeña y la mediana industria, promoviendo el desarrollo agropecuario, el genio y la creatividad, logrando eficiencia en la producción alimenticia nacional sin impactar el ambiente natural y logrando con ello una mejor redistribución de nuestras riquezas. Hacer que en el PIB incidan el mayor numero de actores en vez de 2 o 3 corporaciones como le gusta al Estado. Nuestro progreso amerita sacrificios, esfuerzos en este sentido.
Se da mucha importancia a las remesas del exterior, pero no se evalúa el impacto de las remesas que millones de haitianos que trabajan o comercian en nuestras ciudades y pueblos sin control ni tributación, sacan de nuestro sistema financiero. Cuantos miles de millones de dolares no sacaran estos individuos de nuestro país, ¿se habrá evaluado el impacto de eso en nuestra economía?. ¿Se cosiderarán sus demandas de servicios de salud, educación y cómo afecta su inserción informal a la salubridad nacional?
¿Por que tenemos que buscar una mano de obra, todavía mas barata y rentable que la dominicana, para ponerla al servicio de la inversión extranjera que tanto se persigue, o de la industria de la construcción y exponer nuestra sociedad, a todos los males que representa esta invasión pasiva? Y que conste que no estoy hablando de antihaitianismo, esto en términos económicos, de control del tipo de cambio y de sanidad.
Estamos de acuerdo con todas las obras, incluso con endeudarnos para hacer todas las líneas del metro de Santo Domingo simultáneamente, incluso con un tren hasta Bávaro y que el de Santiago se extienda a Puerto Plata. Son todos obras mas que necesarias. Así como muchas otras que son incluso una prioridad nacional, pero que no viene al caso mencionar. Pero cuando escuchamos sobre la construcción de 20 mil viviend as, saltamos de nuestras sillas, pues entendemos que no es un rol del Estado involucrarse en ese tipo de iniciativas. Que las mismas deben dejarse en manos privadas y evitar la discordia que propicia la forma en que se asignan, venden o reparten dichas viviendas, que tradicionalmente solo benefician a relativos, allegados o partidarios, y que tambien se usan para compra de conciencias, situación que pensábamos, había sido superada con el deceso de Balaguer.
Concluyo afirmando y dando un voto de confianza a Nuestro Señor Presidente, que ha dado muestras en este discurso de que por lo menos nos escucha y en relación a lo que pedimos, de estar dispuesto a trabajar.
El Autor: Es arquitecto, empresario representante de marcas internacionales y actualmente promueve la idea de la necesidad de un cambio en www.toyjarto.com , así como en el proyecto Conquista del Cambio.
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