El hombre se inquieta por conocer
Lo que le es ocultado
Luego descubre y queda asombrado
Y nunca en su afán se siente saciado
Siempre hay un reto que lo empuja desenfrenado

Ese hombre no duerme
Pero nunca se siente cansado
Y en su tintero la pluma va mojando
Luego la vierte en el papel
Y así va hilvanando un nuevo tratado

Escruta los astros, también el bosque sagrado
En corriente cristalina empapa su cuerpo cansado
Cierra los ojos, luego piensa con desagrado
En el papel la tinta no le muestra lo buscado
Vanidoso hombre, engreído sabio

De qué vale esfuerzo tan agitado
Cuando lo buscado queda truncado
El saber demasiado es peligro de locura en resguardo
El Rey Salomón lo dejó todo claro
Todo es vanidad en este complejo entramado

Hombre que todo lo quiere saber
En la eternidad está tu mejor y oportuno trabajo
Deja descansar tu mente y sal a tu huerto necesitado
Junta tus mejores bueyes
Y deja que abran surcos con olores de yerbajos

Autor: Arturo Cardona Mattei
Caguas, Puerto Rico