Tras la caída del régimen trujillista el 30 de mayo de 1961, se iniciaron entre los fundadores del PRD en La Habana y las autoridades dominicanas en Santo Domingo, los contactos tendentes a establecer en el país al Partido Revolucionario Dominicano, institución política fundada 22 años antes, a fin de competir en el incipiente escenario democrático.
El gobierno presidido por Joaquín Balaguer había afirmado que garantizaba la libre actuación de los comisionados en el país. En el ambiente reinante, debe entenderse que razonables dudas se cernían sobre ellos puesto que, aunque el 5 de julio de 1961 el tirano ya había sido ajusticiado, en el país persistía una situación de terror; algunos de los participantes en la muerte de Trujillo habían sido torturados y otros asesinados, y situaciones semejantes acontecían a familiares y amigos.
“El miércoles 5 de julio de 1961 a las 8:35 de la mañana en un avión de la Panamerican procedente de San Juan, Puerto Rico, llegó al país una comisión del Partido Revolucionario Dominicano, integrada por Ángel Miolán Reynoso, secretario general, Nicolás Silfa y Ramón A castillo.” Stormy Reynoso Sycard, Así nació la democracia dominicana.
La confianza era frágil, por eso fue menester que la comisión fuera acompañada de un grupo de periodistas nacionales e internacionales algunos de los cuales hicieron el viaje con ellos. En la misma escalinata del avión que les trajo, improvisaron una rueda de prensa como quien intenta servir de escudo protector a fin de comprobar y garantizar ante la opinión pública que los comisionados habían llegado sanos y salvos. En esa rueda de prensa, Miolán leyó una declaración escrita por la comisión y dio a escuchar también una grabación que reprodujo en un pequeño equipo portátil en voz de quien un año y cinco meses después sería el primer presidente electo democráticamente después de la Tiranía, el profesor Juan Bosch.
En esa grabación, entregada a la prensa, Bosch al tiempo de pedir la garantía y el respeto imprescindible para la comisión, explicaba la naturaleza de la misma de cara a la necesidad imperiosa de recolocar a la República Dominicana en el contexto jurídico internacional contemporáneo.
“En prenda de la honradez y el patriotismo de ángel Miolán, Nicolás Silva y Ramón Castillo, empeño el nombre que he ganado en América con mi obra y el prestigio que ha conquistado en el hemisferio, en veintidós años de luchas por la libertad, el Partido Revolucionario Dominicano.” Juan Bosch.