Santo Domingo RD.- El 20 de marzo de 1990, Gloria Estefan se encontraba en la cima del éxito. Acababa de conquistar el mercado anglosajón y lideraba una gira mundial junto a su familia y su banda, Iban por carretera entre Syracuse y Nueva York cuando un camión, perdido en la nieve, impact0 de frente contra su autobús turístico.

 

En segundos, su vida cambió para siempre.

 

Gloria quedó inmov1l. La fuerza del choque le fractur0 la columna vertebral.

 

“Sentí que mi cuerpo se part1a en dos. Quise moverme, pero no pude. Y lo supe... supe que algo muy grave había pasado”.

 

La llevaron en helicóptero al hospital. Su hijo, Nayib, de tan solo 9 años, la acompañaba en el viaje. “Mamá, ¿te vas a m*rir?”, le preguntó. Y ella, casi sin fuerzas, le respondió: “No, mi amor. Voy a estar bien. Prometo volver contigo”.

 

La operación fue un milagro quirúrgico: implantaron dos barras de titanio en su espalda. Pero los pronósticos eran desalentadores.

 

Los médicos le dijeron que probablemente no volvería a caminar. La noticia se expandió, y millones de fans enviaron cartas, flores, oraciones. Pero Gloria no quería compasión.

 

“Me di cuenta de que si me quedaba en la tristez@, iba a desaparec3r. No quería vivir desde una cama. Así que puse todo mi coraje en rehabilitarme. Lloré, grité, me r* mpí... pero también me levanté.”

 

Durante meses, con férrea disciplina, aprendió a pararse, a caminar, a cantar de nuevo. Su esposo, Emilio Estefan, no se despegó de ella. “Gloria no solo es mi esposa, es la mujer más fuerte que he conocido. Nunca la escuché decir ‘no puedo’. Siempre fue ‘

¿cuándo empiezo?’”.

 

Apenas un año después, contra todo pronóstico, regresó al escenario con una gira. Cantó en los American Music Awards, con lágrimas en los ojos y miles de personas de pie ovacionándola.

 

“Yo ya había ganado desde el momento en que pude abrazar a mi hijo otra vez de pie. El resto, era un regalo”.

 

Gloria Estefan no solo venció el dolor físico, también dio un nuevo significado al poder de la voluntad. Hoy, además de ser una de las artistas latinas más importantes de la historia, es símbolo de resiliencia para millones de personas.