El también gestor cultural Sócrates Suazo Ruiz señala que deben fortalecerse las actividades que incrementen la calidad de vida de los dominicanos residentes en la zona
Historiador pide al gobierno abogar por la “dominicanización” de la frontera
Santo Domingo, RD.- La frontera dominico haitiana no solo ha sido un punto de intercambio comercial entre ambas naciones, también es el lugar de una fuerte transculturación entre los habitantes de los dos países debido a su proximidad y su pasado histórico.
En este sentido, el historiador y gestor cultural Sócrates Suazo Ruiz, solicitó al
gobierno abogar por la “dominicanización de la frontera” con Haití, quien asegura
se inició en la época del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
Destacó que la militarización de la zona fronteriza, dispuesta por el presidente Luis
Abinader, es una actividad disuasiva, más no es suficiente. Tampoco basta con el
muro físico, pues según explicó, a esto se le conoce como defensa en primera fila,
que debe combinarse con otras estrategias para garantizar el resguardo a la
soberanía y una completa seguridad de la población.
El gestor cultural señaló que debe fortalecerse la cultura, la tecnología, el
desarrollo industrial, artesanal y artístico, entre otras actividades que incrementen
tanto a la población como al nivel de calidad de vida de los dominicanos
residentes en la zona.
“Se tiene que implementar una estrategia que tenga que ver con la aplicación de
medidas y acciones que proyecten a un fin sólido, consolidado y trascendente. El
Estado dominicano tiene que establecer una estrategia no solamente ahora en
medio de la crisis actual, el que vive en la frontera debe tener sus necesidades
cubiertas”, dijo.
El historiador dio estas declaraciones en una entrevista para el programa radial
«Revista Dominical Dejando Huellas», transmitido por CDNRadio, donde añadió
que, en su época, Trujillo instaló en la zona una cultura de defensa a la soberanía
dominicana, pero ahora hace falta una política cultural.
“Todos los pueblos que comparten frontera tienen características muy particulares
de diferenciación porque la frontera es lo que nos permite marcar límites,
compartir, transgredir y diferenciarnos unos de otros sin ser enemigos”, indicó a
Onorio Montás, productor del programa durante el encuentro.
Destacó que en Neyba, Jimaní y Dajabón el tirano construyó importantes
edificaciones como escuelas, gobernaciones y hospitales con la intención que la
población haitiana estuviera consciente de el desarrollo del país.
“Eran operaciones disuasivas para que los haitianos entendieran que los
habíamos superado en términos de desarrollo militar y económico”, puntualizó.
Acto seguido, agregó que la intención de Trujillo era fortalecer la identidad de la
población dominicana en los espacios limítrofes con el país vecino.
Añadió que actualmente el gobierno dominicano debe retomar esta medida, no
solo en la zona fronteriza, sino en todo el país para garantizar la preservación de
la cultura dominicana ante la agravada crisis en Haití que ha provocado un
aumento de la movilización de sus ciudadanos a República Dominicana.
Suazo Ruiz aseguró que las preocupaciones por la cantidad de inmigrantes
haitianos presentes en el territorio nacional no es una problemática reciente para
los gobernantes, pues históricamente se tiene conocimiento de mandatarios que
expresaron su preocupación al respecto.
Tal es el caso de Pedro Santana, quien gobernó al país en tres ocasiones desde
el 1844 hasta 1861. De acuerdo con el historiador, el expresidente habría la
organizado la anexión a España, en primer lugar, porque entendía que la
República Dominicana no tenía la capacidad para manejarse como un Estado
independiente.
Pero según explicó Suazo Ruiz, también existió otro motivo detrás de decisión:
Consideraba que era una amenaza la demografía poblacional haitiana radicada en
el país.
Consideró que la frontera dominico haitiana siempre ha sido un sitio de
intercambio comercial, cultural, social antropológico e incluso étnico, pero también
un lugar de constante enfrentamiento entre los pobladores de ambas naciones.
Además, opinó que, debido a la historia de estos países, en los haitianos “se creó
un odio que no se ha superado, está en la genética de esas tribus”.
Señaló que la revolución haitiana no fue viable en el tiempo debido a las
penalidades posteriores que les impuso Francia, mientras que la economía
dominicana inició su expansión y crecimiento.