Neva York.- Historias de horror en apartamentos de Nueva York hay muchas, pero lo vivido por Elizabeth Parker fue particularmente tenebroso cuando vio sangre goteando por sus paredes y techo después de que su vecino de arriba muriera y se pudriera durante al menos tres días en Harlem.

“Me quedé sin palabras”, dijo disgustada Parker al New York Post. “Esto es como una verdadera película de terror”. Para más ironía, la pesadilla en West 116th Street comenzó cinco días antes de Halloween.

La recepcionista de 35 años salió de pasear a su perro y al volver encontró un charco de sangre de tamaño mediano en el piso, mientras que un chorro rojo goteaba por la pared. Además, un hedor nauseabundo inundó la habitación.

Parker llamó a la policía, que al llegar encontró en el apartamento de arriba el cuerpo sin vida de su vecino de 56 años. La oficina del médico forense dictaminó que el hombre falleció por causas naturales. Al parecer había estado muerto durante “alrededor de tres o cuatro días” y su perro “había comenzado a comerse” el cadáver.

Los propietarios son responsables de limpiar los fluidos corporales de los accidentes, según el Departamento de Salud de la ciudad. Pero días después el propietario del edificio -el controvertido desarrollador Genesis Companies- y al administrador de la propiedad (Concord Management of New York), aún no habían enviado a un profesional para desinfectar el apartamento de Parker.

Una hora después de que los trabajadores finalmente llegaran a retirar la lámpara ensangrentada y limpiar la pared manchada el jueves 10, el apartamento de Parker inexplicablemente comenzó a inundarse desde el techo de la sala de estar, el baño y el vestíbulo, lo que requirió una segunda visita para repararlo.

Genesis, que se especializa en desarrollar y operar edificios residenciales de ingresos mixtos, ha estado involucrada anteriormente en más de 100 casos judiciales de vivienda y acumuló cientos de infracciones de construcción. En 2017 contrató al ex vicegobernador demócrata Brian Benjamin, entonces senador estatal, para un puesto de asesor de $60,000 dólares al año.

El espectáculo de terror de octubre es sólo la última plaga que aflige a Parker en el hogar que habita desde hace aproximadamente siete años. Su unidad de un dormitorio, por la que paga $904 dólares al mes gracias a una lotería de viviendas asequibles, se ha inundado varias veces, con galones de agua turbia saliendo del techo y bajando por las paredes del baño.

Un antiguo inquilino también organizaba estridentes “fiestas de drogas”, atrayendo a adictos que a menudo se encontraban desplomados en el hueco de la escalera o en la sala del incinerador. “Nadie debería tener que pasar por esto”, resumió Parker.