Miles de profesionales quedarían sin trabajo (cerca de 700 fueron cesados recientemente) y el sistema de Ligas Menores tocaría fondo, a la par de una ruptura casi irreconciliable entre MLB y Mlbpa
Béisbol de MLB: diálogos rotos y viejas costumbres
Por Jhonah Díaz González
La Habana. CUBA, Prensa Latina.- La temporada 2020 de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) de Estados Unidos camina sobre una cuerda floja entre volcanes en erupción y una muchedumbre espera cada paso para volver a sentir el impacto de la Rawlings contra la mascota.
Una auténtica guerra protagonizan la oficina del Comisionado de la MLB y el Sindicato de Jugadores (Mlbpa): nadie quiere dar su brazo a torcer, aspiran a imponer sus designios y tienen en peligro de derrumbe a una estructura (aparentemente) sólida en el pasado y endeble de cara al futuro.
Los planes de recortes salariales, el número de juegos a disputar y el sistema competitivo de la campaña son solo tres tópicos en el aire en medio de un torrente de propuestas que están lejos de definirse.
Eso sí, las últimas declaraciones del comisionado de MLB, Rob Manfred, impulsan a encontrar ilusiones. 'Jugaremos béisbol ciento por ciento seguro', afirmó antes de mostrarse todavía más enfático: 'De alguna u otra forma, jugaremos'.
Citas como esas rompen cualquier pedazo de papel que contenga la posibilidad de un año sin el ritmo de la Gran Carpa. A pesar de la expectativa creada por el directivo, no existe fecha para el (dilatado y esperado) Día Inaugural, pendiente desde el 26 de marzo último, y no existirá mientras no estén claros los términos económicos, que como olas en el mar vienen y van llenas de fluctuaciones.
El tema salario sale a relucir en cada plática (online o no) y hasta que las cifras no ocupen su sitio en la pizarra, las oficinas serán un ring de boxeo, sin mediadores oficiales. Las cuentas no dan y los pactos laborales navegan sin puerto seguro.
MLB planteó una reducción considerable de los estipendios, la cual fue rechazada ipso facto por el Sindicato de peloteros. Luego, los directivos de Grandes Ligas tomaron conciencia y, según diversas fuentes, propusieron el pago del 75 por ciento de los sueldos de manera proporcional y la creación de un fondo de 200 millones de dólares para premios individuales en la postemporada.
La opción no luce despreciable cuando el Dios Cronos también exige un entendimiento urgente, porque los equipos necesitan -como mínimo- tres semanas de prácticas y un torneo demasiado tardío complejiza el asunto por la llegada del invierno en varios Estados y dinamitaría los intereses económicos y de marketing, al coincidir con los programas de fútbol americano y baloncesto.
Mientras directivos, dueños de equipos y jugadores discuten, parece existir un punto de convergencia: abandonar las ligas tradicionales (Americana y Nacional) y crear tres divisiones con 10 grupos, de acuerdo con un reporte del diario The Boston Globe. Las selecciones estarían más concentradas, con el objetivo de reducir los viajes y como medida para frenar la pandemia.
Así, las ilusiones de ver la bola en juego no parecen quiméricas, lo cual deviene grata noticia. Un 2020 sin béisbol es sinónimo de pérdidas millonarias y crisis financieras de las franquicias durante un periodo indefinido.
Miles de profesionales quedarían sin trabajo (cerca de 700 fueron cesados recientemente) y el sistema de Ligas Menores tocaría fondo, a la par de una ruptura casi irreconciliable entre MLB y Mlbpa.
En medio de la angustia extrema, millones de personas esperan que las negociaciones terminen y la campaña sea programada. Eso sería un auténtico cuadrangular ganador en la parte baja del noveno inning, con las almohadillas congestionadas.
ASIA CONECTA JONRÓN; CUBA ESPERA LA LUZ VERDE
Asia vive un panorama muy diferente en materia de béisbol y la normalidad parece estar en el sendero correcto. Los principales aplausos son para la Liga de China Taipei, que no solo fue la primera del mundo en inaugurar su justa, sino que también permitió el acceso sin restricciones de aficionados a los estadios.
Los organizadores escucharon la voz de 'play-ball' en abril, a puertas cerradas, sin embargo, paulatinamente permitieron el acceso de mil personas a las gradas y luego de dos mil, hasta que este fin de semana abolieron las disposiciones en cuanto a la asistencia en las instalaciones deportivas.
El torneo de Corea del Sur, conocido como KBO, no ha avanzado de tal manera, pero sí mantiene sin dificultades sus juegos. El calendario comenzó en la primera semana de mayo, con el pleito entre los NC Dinos y los Samsung Lions, en la ciudad de Incheon, y, hasta ahora, no ha trascendido ningún inconveniente.
Los partidos se desarrollan bajo estrictas medidas sanitarias, sin aficionados y solo la prensa acreditada tiene acceso, mientras peloteros, entrenadores y árbitros pasan un filtro de seguridad, al tomárseles la temperatura, aplicárseles gel antibacterial y solo eliminan las mascarillas de sus rostros para la acción del encuentro.
En tanto, la Liga Profesional Japonesa romperá su pasividad el 19 de junio, después de varias postergaciones a causa de la crisis sanitaria.
La pretemporada inició el pasado día 2 y los Halcones de SoftBank, actuales campeones, buscarán ratificar su poderío en un evento con fecha de cierre para el miércoles 28 de octubre.
La situación en Cuba también mejora. Ya es seguro que la disciplina retornará a los estadios en este 2020, y la 60 Serie Nacional arrancará cuando se decrete la segunda fase de la etapa de recuperación tras los embates de la Covid-19.
(*) Periodista de la redacción de Deportes de Prensa Latina.