A estos envalentonados políticos, la verdad es que no les tiembla el pulso para tratar de vender falsas imágenes personales. Osan decir cosas, que de seguro ni ellos mismos las creen.
Según el Ministro Administrativo de la Presidencia, señor José Ramón Peralta, “La más reciente encuesta muestra que el presidente Medina tiene una valoración del. 63%, y todo apunta a que seguirá subiendo”. (“Diario Libre”, del 19-8-17).
Y, a través de otro medio, “Precisó que el jefe del Estado ha encabezado una administración transparente que se demuestra en los hechos, “la cual ha sido por convicción, no debido a imposición”. (Periódico “HOY”, del 19-8-17, página 2ª). “¡Bueeeno!” ¿Qué cantidad de dominicanos podrá decir lo mismo?
¡Cuánto dan que pensar esas afirmaciones! Ahora ocurre que, a pesar de los tantos actos de corrupción e impunidad denunciados durante los últimos años en esta República, a la cabeza el mayúsculo escándalo internacional, y los sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, que indudablemente han manchado la presente gestión gubernamental, con trascendencia marcada hacia la opinión pública, tanto aquí, como fuera del país; la carencia de servicios públicos básicos fehaciente; y, las expresiones callejeras de reclamos por parte del Movimiento Cívico, “monstruo al ataque”, denominado “Marcha Verde”, la popularidad del señor encargado de administrar los destinos nacionales es mayor. ¡Raro eso! ¿Verdad?
Este es un gobierno, viejo y nuevo, que evidencia tener más interrogantes que cualquier investigación espacial, y nubarrones tan negros como aquellos de los cielos en tiempos huracanados, que dicho sea paso, está presidido por alguien a quien el pueblo llano ha bautizado como “el mudo de San Juan”, por el silencio que guarda ante la nación, respecto de cuántos actos indebidos se le atribuyen. Ni siquiera se atrevió a dirigirse al país a través de la Asamblea Nacional, el l6 de agosto del presente año, fecha en que se conmemora el “Dia de la Restauración”, algo que siempre se estima de estilo, por lo que recibió críticas severas de muchos conciudadanos.
Sin embargo, según dice el señor Peralta, el mismo tiene actualmente mayor popularidad, en términos de porcentaje de aceptación, que aquel con el que supuestamente logró alcanzar la Presidencia de la República, en el proceso electoral próximo pasado. ¿Se podrá creer ese nuevo cuento?
¡Diablo, qué tupé el de esta gente! Es obvio que se continúa teniendo el criterio de que esta es una sociedad de estúpidos; que los hombres aquí en capacidad de ponderar y aquilatar las actuaciones de los políticos se acabaron; que mintiendo de esa manera se pude volver a embaucar de nuevo a esta población.
Solo una encuesta realizada dentro del funcionariado estatal presente, “que está comiendo con su suficiente grasa”, como se dice, y actuando a manos sueltas, pude arrojar un porcentaje de adhesión tal al licenciado Medina Sánchez, con tendencia a subir.
Qué los encuestadores actuantes hagan ese trabajo de investigación, dándose un baño de pueblo; seleccionando una amplia muestra dentro de ése, que incluya, pasajeros de guaguas, usuarios de los carros del transporte, y visitantes aquejados de afecciones múltiples, que por obligación tienen que visitar los centros asistenciales púbicos del país, entre otros, para ver qué ocurre; por dónde andan los números a favor, como en contra, y las posibilidades de triunfo para el año 2020.
Por qué no se dice el nombre de la firma del ramo que laboró en esta ocasión, y que ofreció los datos que sirvieran de base para la información “embaucadora” se entiende, que hiciera pública el señor Peralta. Se le estaría haciendo a esa un “buen trabajo” mercadológico, para “credibilidad” futura.
Finalmente, cuidado con que esos números que favorecen al actual mandatario de la nación sigan subiendo. ¡Mientras más alto se está, el golpe al caer es mayor! Y, nadie en esta nación dudaría pensar, salvo los tarados mentales, que ese porcentaje de preferencia en estos momentos, y quizás para el futuro, dicta mucho de la realidad.
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