Lejos del pánico, esta transición podría ser el ascensor que nos coloque a las puertas de una nueva era: la anhelada sociedad del ocio.
La inteligencia artificial: el ascensor hacia la sociedad del ocio
Zurich,Suiza. En un mundo donde los titulares predican con alarmismo la extinción de profesiones enteras a manos de la Inteligencia Artificial (IA), es fácil caer en la desesperación. Sin embargo, este fenómeno no es un cataclismo inesperado, sino la culminación de una transformación largamente anunciada por los cambios en los modos de producción y el avance tecnológico.
Lejos del pánico, esta transición podría ser el ascensor que nos coloque a las puertas de una nueva era: la anhelada sociedad del ocio.
La Distinción Fundamental: Tiempo Libre vs. Ocio Auténtico
Para comprender el verdadero potencial de esta transición, debemos distinguir entre tres conceptos cruciales. El tiempo libre constituye simplemente aquellas horas no dedicadas al trabajo o necesidades básicas. Dentro de este, emerge el tiempo liberado – momentos genuinamente disponibles donde el individuo puede elegir conscientemente sus actividades. Finalmente, el ocio representa la cualidad de cómo empleamos ese tiempo liberado: actividades elegidas libremente para el descanso, el desarrollo personal o el simple deleite contemplativo.
La automatización históricamente nos ha concedido más tiempo libre, pero la IA promete transformar este paradigma al liberar tiempo de mayor calidad – tiempo verdaderamente liberado para el ocio auténtico. Como visionarios como Bertrand Russell anticiparon en su «Elogio de la ociosidad», la tecnología debería distribuir el ocio, aunque nuestro sistema económico frecuentemente lo convierte en ansiedad.
Ejemplos Concretos de la Transición en Marcha
En el sector salud, los diagnósticos asistidos por IA ya liberan a médicos de tareas repetitivas, permitiéndoles dedicar hasta un 30% más de tiempo a la relación humana con pacientes. En educación, plataformas inteligentes personalizan el aprendizaje mientras los educadores se concentran en mentoría y desarrollo emocional. Estos no son futuros lejanos: son realidades que demuestran cómo la IA puede redistribuir el tiempo hacia actividades más significativas.
El Ascensor Social en la Era Digital
Históricamente, la educación ha funcionado como el «ascensor social» por excelencia, capaz de transportar a las personas hacia niveles superiores de bienestar. Hoy, la Inteligencia Artificial se erige como el nuevo ascensor colectivo. Al igual que su predecesor educativo, no es una escalera empinada para unos pocos, sino un mecanismo que, bien diseñado, puede elevar a sociedades enteras hacia la sociedad del ocio imaginada por pensadores como Joffre Dumazedier.
Sin embargo, este ascensor hereda desafíos fundamentales. Las desigualdades de origen pueden impedir su correcto funcionamiento, agravando la fractura social en lugar de remediarla. La visión de teóricos como F. Pedro nos recuerda que hablar de «sociedad del ocio» sigue siendo un lujo mientras persistan problemas como el desempleo estructural.
Contrastando Perspectivas: Los Riesgos Reales
Frente al optimismo, existen voces escépticas que merecen consideración. ¿No podría la IA concentrar aún más la riqueza en quienes controlan la tecnología? ¿Estamos preparados para una sociedad donde el «tiempo liberado» se convierta en simple desempleo encubierto? Estas preocupaciones reflejan la advertencia de F. Pedro sobre los límites de celebrar el ocio mientras el paro masivo persiste. Sin embargo, precisamente estas contradicciones hacen urgente replantear nuestros modelos económicos y sociales, no rechazar el potencial liberador de la tecnología.
Hacia la Sociedad del Ocio Auténtico
La automatización, cuyo máximo exponente es la IA, nos enfrenta a una encrucijada existencial. Podemos permitir que el tiempo libre se convierta en una mera mercancía de consumo, o podemos emular las visiones del Proyecto Venus hacia una economía basada en recursos donde la automatización libere a la humanidad para un ocio creativo.
Nos encontramos ante el umbral de lo que Dumazedier vislumbraba como una nueva civilización definida por el tiempo liberado. El camino no está predeterminado: depende de nuestras decisiones colectivas expandir la conectividad, capacitar en habilidades digitales y crear redes de seguridad social que permitan que este ascensor de la IA nos transporte a todos hacia una sociedad donde el ocio sea finalmente un derecho universal ejercido con plenitud.
¿Cómo usarías tu tiempo si el trabajo obligatorio ocupara solo una fracción de tu vida? La respuesta a esta pregunta personal podría ser la clave para construir colectivamente la sociedad del ocio.

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