Elecciones de este domingo
Guatemala se debate entre la desilusión o un nuevo rumbo
Guatemala, (Prensa Latina) A pocas horas de una nueva cita con las urnas, más de ocho millones de guatemaltecos habilitados para ejercer el voto reflexionan hoy a quién entregarán las riendas de su país para los próximos cuatro años.
Las elecciones de mañana domingo, permitirán también definir otros cargos como 160 puestos del Congreso de la República, 340 alcaldías y corporaciones municipales, así como 20 diputados al Parlamento Centroamericano.
Guatemala llega a las urnas con niveles alarmantes de pobreza y extrema pobreza (60 por ciento y más en las áreas rurales), corrupción y desempleo galopantes, inseguridad, violencia y falta de confianza en las instituciones, un panorama agravado bajo la batuta de Jimmy Morales, quien concluirá su turno con una imagen casi a ras del suelo, según encuestas.
Una de ellas, realizada por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP) y que no mide intención de voto, sí evaluó problemas y percepciones de los guatemaltecos, un termómetro a tener en cuenta por los candidatos hoy punteros, la exprimera dama Sandra Torres (Unidad Nacional de la Esperanza), el médico Alejandro Giammattei (Vamos) y Roberto Arzú (Partido de Avanzada Nacional-Podemos.
Unas pinceladas de LAPOP reflejan la falta de optimismo respecto al futuro con frases como 'el país va por el camino equivocado o no tiene rumbo', 'existe mayor inseguridad', 'nos agobia la falta de agua, el desempleo y la corrupción'.
Los datos más frescos, divulgados el jueves por la encuestadora Pro Datos para el diario Prensa Libre, evidencian un predominio de indecisos a las puertas de los sufragios (48 por ciento).
Confirman también lo inevitable de una segunda vuelta, planificada para el 11 de agosto, tentativamente entre Torres y Giammattei, aunque no se descarta que Arzú pueda acompañarla ante lo que definen como empate técnico.
La exprimera dama de 63 años de edad busca por tercera vez consecutiva la presidencia, reúne más del 20 por ciento de las preferencias, pero también el 30 por ciento del antivoto.
Basa su futuro gobierno en programas sociales hacia grupos vulnerables que ensayó durante el mandato de su exesposo Álvaro Colom (2008-2012).
Amada y odiada por igual, pesa sobre ella una acusación de la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala por el delito de financiamiento ilícito en su campaña presidencial de 2015, pero despojarla de inmunidad fue todo un desafío sin éxito.
Giammattei, médico y cirujano, también de 63 años de edad, insiste por cuarta vez en ocupar el sillón presidencial; contaría con el 14 por ciento de los posibles votos.
Lo volvió a perseguir la sombra de su oscuro paso como director del sistema penitenciario (2005-2007), al punto de guardar 11 meses de prisión por acusaciones de abuso de autoridad, asesinato y ejecución extrajudicial de reos.
Niega haber recibido un centavo del narcotráfico y promete crear 'muros económicos, muros de oportunidades' para enfrentar la pobreza, el desempleo y la imparable migración de guatemaltecos hacia Estados Unidos.
Arzú, el primogénito del expresidente Álvaro Arzú Irigoyen, marcharía tercero y no exhibe experiencia política significativa, aunque explotó muy bien el legado de su difunto padre, también cinco veces alcalde capitalino.
Sus ofrecimientos se encaminan a sacar al Ejército a las calles para mejorar la seguridad, construir un millón de casas y generar igual número de empleos.
Aseguran los guatemaltecos que ya es costumbre cada cuatro años elegir al 'menos peor entre los peores', lo que equivaldría el próximo domingo a continuar con un gobierno de derecha o extrema derecha con tintes populistas.
O, cambiar de raíz el estatus quo; bajo la batuta de otra mujer, Thelma Cabrera, maya, mam, sin más universidad que las luchas sociales, y ahora en quinto lugar.
Cuatro candidatos más, autoproclamados progresistas o de izquierda, -una palabra que en Guatemala implica soportar grandes ofensas- también proponen modificaciones importantes en salud, educación, empleo y seguridad.
La encuesta más realista y definitiva la dibujarán las urnas, un retrato del momento histórico en que los habitantes de la tierra del Quetzal decidirán si alteran el rumbo o siguen marcados por la desilusión.