IX Legislatura de la Asamblea Nacional
Cuba propone limitar edad del presidente y eliminar mención del comunismo en nueva Constitución
La Habana, Cuba. - Luego de dejar el gobierno con 86 años, Raúl Castro está promoviendo una nueva Constitución que limita la edad de los futuros presidentes a 60 años al inicio de su mandato.
La propuesta de reforma constitucional, discutida este sábado en el parlamento cubano, también elimina la palabra “comunismo” de la Carta Magna y abre el camino a la legalización del matrimonio igualitario, según se supo durante la que ha sido trasmitido en la televisión estatal.
La propuesta de Constitución, sin embargo, mantiene que el socialismo es “irrevocable” en el país y que solamente se reconoce al Partido Comunista, el que mantiene un rol de “vanguardia” en la isla.
Tanto Castro, como su hermano, el fallecido gobernante Fidel Castro, dirigieron el país hasta avanzada edad. En abril de este año, Miguel Díaz-Canel, de 58 años, sustituyó a Castro al frente de gobierno.
En los últimos años, Castro había mencionado en varias oportunidades la necesidad de hacer un “cambio generacional” en el gobierno y limitar los mandatos de los futuros presidentes.
Su hermano Fidel gobernó Cuba desde 1959 y hasta el 2006, cuando enfermó gravemente y lo nombró al frente del gobierno.
Pero Castro—quien se mantiene al frente del Partido Comunista y preside la comisión que escribió el borrador de la Constitución —parece estar dando pasos para evitar que eso pueda volver a suceder en la isla.
El borrador establece que el presidente solo pueda permanecer dos mandatos y no debe tener más de 60 años al inicio del primero de ellos. El nuevo sistema de gobierno que se pretende implementar también propone una división de poderes en la cúpula del gobierno.
La propuesta prevé la creación de un presidente de la República, un vicepresidente y un primer ministro, lo que había generado especulación sobre el poder que mantendría Díaz-Canel.
El tema parece ser sensible y el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, se detuvo varios minutos a aclarar que el presidente no sería una figura “ceremonial” en el nuevo modelo, sobre todo porque será quien propondrá la designación del primer ministro a la Asamblea Nacional.
No se trata de “un presidente ceremonial, representitvo, sino un presidente con funciones respecto al ente del gobierno”, dijo Acosta.
Sin embargo, el presidente no estará directamente a cargo ni del Consejo de Ministros —que sería supervisado por el Primer Ministro—ni del Consejo de Estado, como hasta ahora.
Aunque varios analistas en Estados Unidos desconfiaban de reportes preliminares publicados en la prensa estatal, quedó confirmado que el borrador propone que el presidente de la Asamblea Nacional también sea el presidente del Consejo de Estado, por lo que concentrará mayores poderes. La Asamblea también tendrá prerrogativas que en otros países tendría el Tribunal Supremo acerca de la interpretación de las normas constitucionales.
El sábado también trascendió que en la nueva Constitución, el matrimonio quedaría definido como “la unión consensuada entre dos personas, sin distinción de sexo”, según reportó el sitio oficial Cubadebate. Esto abriría el espacio al reconocimiento del matrimonio igualitario, que ha sido una demanda de los grupos LGBTI en la isla y ha sido uno de los puntos con los que Mariela Castro— la hija de Raúl Castro que dirige un centro sobre temas de educación sexual— ha logrado el apoyo de activistas gay dentro y fuera de la isla.
“Es un acto de justicia...de humanismo”, dijo Acosta para “evitar esa discriminación que por distintas razones durante tiempo se ha padecido”.
Acosta subrayó que el lenguaje de la Constitución debe ser flexible y que deberán reformarse otras leyes para implementar los cambios que se aprueben en la carta magna.
Otros aspectos de la propuesta han sido menos sorprendentes.
El presidente no será elegido a través del voto directo, como aspiraban muchos cubanos, sino que seguirá siendo seleccionado por el parlamento.
La nueva Constitución reconocerá la propiedad privada pero “mantiene como principios esenciales la propiedad socialista de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de producción y la planificación como componente principal de dirección”, según reportó Granma.