Un asesinato es y siempre será un episodio feo, brutal, en cualquier escenario, dado que lastima y lacera a la humanidad.
Segar la vida de un ser humano no tiene excusas de ninguna forma.
De igual manera, someter al escarnio y a la degradación a un ser humano, sin importar su condición y edad, no tiene perdón y no debe merecer misericordia alguna quien lo acomete.
El cura parroco Elvin Taveras Durán mató al adolescente Fernelis Carrión Saviñón, a quien antes de ese hecho lo habría sometido a la degradación y sodomización permanente, luego de violarlo, el sacerdote Elvin Taveras podría, tal vez, dentro de su fe, lograr el perdón de Dios, pero ahora en la tierra se tiene y se debe aplicar justicia con toda la de la ley, ante un crimen agrabado.
Fernelis Carrión Saviñón murió a causa de dos martillazos en la parte de atrás de la cabeza y heridas de arma blanca punzo-cortantes, que le propinara su violador, el cura Taveras Durán.
Cuentan las crónicas que el sacerdote Elvin Taveras Durán mató al adolescente Fernelis Carrión Saviñón en la propia casa curial de la parroquia donde servía, la Santa Cecilia de Hainamosa, Santo Domingo Este, el pasado viernes 4 de agosto, en una casa de Dios se cometió el acto de violación y el crimen, deberá ser en los tribunales donde encuentre justicia con la mayor condena el abominable acto del cura.
El juez Julio Aybar luego de acoger la petición del Ministerio Público dictó la medida cautelar, de un año en prisión, que deberá ser cumplida en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo Hombres, en San Cristóbal, donde se debe poner el mayor de los cuidados para que el sacerdote asesino no se suicide, no se vuelva loco, ni encuentre la misericordia que el no tuvo con Fernelis Carrión Saviñón.
Que se haga justicia pues, y que el choque del mallete con la madera cierre con la mayor de las penas!
Salvador Sánchez
Director