La súbita partida del amigo y hermano, del confidente y socio, del que en los avatares del periodismo hizo camino al andar y en ese camino , por un buen trecho anduvo junto a tantos, nos hace detenernos un instante en el zafarrancho de vivir...
Leo Hernández, mi cómplice de tantas cosas, se ha marchado...allá, en lontananza, quedan más que recuerdos, vivencias, huellas imborrables de una amistad forjada al calor de la comunicación, y muchos sueños pendientes.
Uno de los pilares con que iniciara este medio, estuvo en todo momento con una sonrisa a flor de piel para recibir a los suyos, familiares y amigos, y hasta a los extraños, en el calor de su hogar, de su oficina...tenía siempre un mendrugo, un aliento, un trago dispuesto para brindar por la vida que ahora, primero a él, se le ha ido.
Se nos marchó Leo, al cerrar la noche para dar paso a un nuevo día...a la mitad de su existencia, esperando un nuevo cumpleaños, que ya habríamos abrigado la esperanza de celebrar con un buen moro y un trozo de cerdo...Se nos marchó Leo y con él, se cierra un capítulo de andanzas para el buen periodismo de opinión, para la información precisa y al día.
Se nos fué Leo y deja su prole, inmensa, a la que nunca faltara el padre, ahora bajo el abrigo del rocío, bajo el amparo de la eterna batalla de la cotidianidad...con su ejemplo de amigo, con su calor de padre.
Se nos fué Leo y no basta decir de su historia las virtudes, de lo que deja atrás como legado, de su nombre...Caray! se nos fué Leo!
Salvador Sánchez
Director