Nueva York, EE.UU.-  La compañía Coca-Cola vuelve a reportar una nueva caída del beneficio, del 60% en el segundo trimestre del ejercicio fiscal. La ganancia neta queda así reducida a 1.370 millones de dólares. El desplome lo atribuye a los costes del plan por el que se está desprendiendo de las operaciones de embotellado. El cambio también afectó a los ingresos, que cayeron un 16%, hasta los 9.700 millones.

Pese a este bocado en los beneficios y los ingresos, el nuevo consejero delegado califica los resultados de “sólidos”. James Quincey explica que se está acelerando el proceso de transformación de la compañía. Coca-Cola lleva años tratando de equilibrar su cartera de productos para adaptarse a los nuevos gustos de los consumidores, que cada vez compran menos productos con azúcar.

 
Son los primeros resultados que se presentan bajo la dirección de Quincey. En la presentación de las cuentas a los inversores puso especial énfasis en como se está expandiendo en los segmentos de zumos y batidos de frutas, al tiempo que está promocionando a escala global refrescos bajos en azúcar como la Coca-Cola Zero. Es un reto similar al que se enfrenta su rival PepsiCo.

La desinversión en el negocio de embotellado se espera esté completada a final de año, por lo que advierte que la reorganización seguirá afectando al rendimiento de la compañía. A los nuevos hábitos de consumo se le suma el efecto del tipo de cambio y a las dificultades económicas en países emergentes como Brasil y Venezuela. Estados Unidos y Europa, sin embargo, mantienen el tipo.